Gobernabilidad reducida

Gobernabilidad reducida

RAFAEL TORIBIO
El idioma español, el castellano para mayor precisión, porque a juicio de algunos entendidos en la materia lo que sucedió fue que una lengua regional fue impuesta como idioma nacional, dispone del término de pijotero para designar a quién pudiendo ser magnánimo prefiere comportarse de manera extremadamente limitada; estrecho cuando puede ser amplio o poco generoso al momento de tomar una decisión o hacer un ofrecimiento.

Algo parecido está sucediendo con el concepto de gobernabilidad. Los organismos internacionales de cooperación parece que quieren que se identifique a la simple transparencia, reduciendo su dimensión y alcance.

El concepto de gobernabilidad ha recorrido un trayecto en los últimos tiempos a través del cual se ha ido clarificando y consolidando su contenido. Primeramente se concibió como la situación de extremada dificultad para el gobierno, y para todo el sistema político, cuando se trataba de implantar la democracia después de un régimen autoritario, civil o militar, sobre todo cuando la transición se producía con la permanencia de actores del régimen anterior detentando importantes cuotas de poder. Este fue el caso del tránsito hacia la democracia desde gobiernos militares en América Latina y desde regímenes socialistas en Europa del Este.

Una situación diferente respecto a la gobernabilidad se produce en los países en vías de desarrollo, donde la democracia tiene que convivir con altos niveles de pobreza, gran desigualdad social y precaria institucionalidad. En ese contexto las tensiones con relación a la gobernabilidad se suceden de manera permanente y se originan, tanto en el ámbito político institucional, como en el social y el económico. Esto es lo que sucede en nuestro país.

En los países desarrollados, donde los problemas fundamentales de la población han sido resueltos y existe una democracia fuertemente consolidada, la gobernabilidad está referida fundamentalmente a la observancia por parte del gobierno y de los demás órganos del Estado de las normas establecidas para el ejercicio del poder frente a la ciudadanía. En este estadio de desarrollo institucional la gobernabilidad es asumida preferentemente como “governanza” y se concibe como la práctica de “un buen gobierno”, sin dejar de reconocer la importancia de la eficacia y eficiencia gubernamental.

Con relación al concepto de gobernabilidad hay dos posiciones. Una la entiende como sinónimo de estabilidad política en la que la mayor responsabilidad le corresponde al gobierno. Por esta razón, esta concepción centra el contenido de la gobernabilidad en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo, asumiendo que cuando el Ejecutivo dispone de la mayoría en el Legislativo se espera que la gobernabilidad esté asegurada. Es una concepción reduccionista de la gobernabilidad.

Otra corriente de pensamiento concibe la gobernabilidad como una situación de estabilidad dinámica del sistema político determinada por el funcionamiento adecuado de los órganos del Estado y de las instituciones fundamentales de la democracia. Es una concepción amplia, que la entiende como el resultado de la acción de muchas variables, aunque se reconoce la importancia de la capacidad del gobierno de anticiparse a los problemas, procesar demandas y expectativas de la ciudadanía y ofrecer respuestas oportunas.

Una buena parte de organizaciones de la sociedad civil tienen como objetivo principal o único la lucha por la transparencia. A esto se suma que todas las agencias de cooperación internacional financian distintos programas con el mismo propósito. Ambos fenómenos evidencian la importancia del tema, que está unido al derecho a la información, el deber de rendición de cuentas, la pulcritud en el manejo de fondos públicos y el combate a la corrupción. Todos asuntos de suma importancia, pero que no agotan el concepto y contenido de la gobernabilidad.

Por la influencia de las agencias de cooperación en el establecimiento de temas y la disponibilidad de fondos para apoyarlos, a veces decisivos para la existencia y supervivencia de algunas organizaciones de la sociedad civil, identificar gobernabilidad con transparencia está contribuyendo a que la conceptualización original sobre la gobernabilidad se esté perdiendo. Ahora se nos trata de vender la idea de que con la transparencia la gobernabilidad está asegurada y que todos los problemas quedan resueltos o en vía de solución. La cooperación internacional está haciendo que la transparencia aparezca como la panacea para todos los males del sistema político.

Identificar la gobernabilidad con la transparencia es el mismo error de creer que con una mayoría del gobierno en el Congreso la gobernabilidad está asegurada y los problemas del país resueltos. Son condiciones que contribuyen al aseguramiento de la gobernabilidad, pero ésta será realidad sólo si entendemos que está determinada por factores que tienen su origen en lo político institucional, lo social y lo económico y, en los momentos actuales, hasta por elementos impuestos por la globalización y los acuerdos de libre comercio. Una visión limitada sobre la gobernabilidad producirá alternativas de soluciones también limitadas.

Una conceptualización restrictiva de la gobernabilidad solo contribuye parcialmente a su aseguramiento. Para que pueda ser enfrentada con éxito tiene que ser entendida mucho más allá de la transparencia y reconocer que es la situación que se produce en un sistema político como resultado del funcionamiento eficaz y eficiente de los órganos fundamentales del Estado y de las instituciones de la democracia, que empieza por la capacidad de conocer, procesar y dar respuestas oportunas a las demandas y expectativas de los ciudadanos y ciudadanas.

rtoribio@intec.edu.do

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