Buenos Aires, (EFE).- El gobernador de la provincia argentina de Buenos Aires, Daniel Scioli, reveló hoy que está amenazado de muerte y dijo que «es probable» que la intimidación provenga de sectores de la policía presuntamente involucrados con el secuestro de un empresario que estuvo 33 días cautivo.

«Nada de esto me va a amedrentar ni a quitarme el entusiasmo, el compromiso y la responsabilidad», remarcó Scioli pocas horas después de la detención de otro efectivo de la policía bonaerense en el marco de la investigación del secuestro de Leonardo Bergara.

Tras relatar que la amenaza fue realizada este lunes a través de un llamado telefónico recibido por la gobernación de la provincia más poblada del país, indicó: «en la lucha contra la inseguridad estamos haciendo labores claves y toda acción genera una reacción».

«Hay una lucha que estamos dando también y es hacia adentro de la policía porque está muy claro el nivel de depuración que hemos hecho desde el año pasado en la fuerza, alentando a los buenos policías y poniendo rápidamente al margen de su responsabilidad a quienes no cumplen el compromiso que les ha confiado la sociedad», agregó.

En tanto, anoche fue detenido el comisionado Roque Luján, quien el mes pasado había sido desplazado de la jefatura policial de Berazategui, localidad de la periferia de la capital argentina en la que fue secuestrado Bergara.

A Luján se le investiga por encubrimiento y fue encarcelado por orden del juez Luis Armella, quien ayer procesó y dictó la prisión preventiva a otro policía y a un ex agente por el mismo caso.

La investigación del rapto de Bergara, de 37 años, ya había motivado la detención de otros cuatro efectivos policiales, dos de los cuales quedaron en libertad.

En la provincia de Buenos Aires se registra uno de los mayores índices de delincuencia del país y su fuerza de seguridad es popularmente llamada la «maldita policía» por los abusos y casos de corrupción que involucran a sus agentes.

Con unos 50.000 miembros, la bonaerense es la mayor fuerza de seguridad del país y en la última década el número de policías expulsados en las sucesivas purgas dadas a conocer por las autoridades supera los 6.400.

«Es una fuerza con muchos hombres, hay algunos que se pueden estar resistiendo al cambio, pero esto no me va a detener ni me va a asustar», insistió Scioli, quien gobierna la provincia desde hace poco más de un año.