México — El gobernador del estado de Morelos donde fue asesinada una alcaldesa a menos de un día de asumir el cargo atribuyó el ataque a un mensaje del crimen organizado.
El gobernador Graco Ramírez dijo que se buscaba convencer a otras autoridades de que no acepten que los policías locales estén bajo un mando único estatal. Ramírez hizo estas declaraciones la noche del domingo, un día después del asesinato de la alcaldesa de Temixco, Gisela Mota, que fue tiroteada el sábado por la mañana, menos de 24 horas después de jurar su cargo el día de Año Nuevo.
El lunes Ramírez añadió a través de su cuenta de twitter que “las líneas de investigación señalan que fue el grupo delincuencial de los Rojos los responsables del asesinato de Gisela Mota”.
Para el gobernador de Morelos, el atentado contra la alcaldesa del lugar donde tiene su sede el departamento de seguridad estatal fue “un mensaje y una clara amenaza para que los presidentes municipales que recientemente han entrado en funciones no acepten el esquema de coordinación con el modelo policíaco que hemos impulsado”, es decir, el mando único.
Según Ramírez, lo que intenta el crimen organizado es aprovecharse de la coyuntura política actual de cambio en los gobiernos locales para volver a controlar a todas las policías municipales. Los Rojos es uno de los grupos del crimen organizado que opera en este estado, rival del grupo Guerreros Unidos.
Ambas organizaciones, también presentes en el violento y vecino estado de Guerrero, mantienen una férrea guerra por el control de territorios y ambas surgieron tras la caída del cártel de los Beltrán Leyva, una escisión de Sinaloa que operaba en el centro-sur del país.
Temixco, con aproximadamente 100.000 habitantes, es un suburbio de la ciudad de Cuernavaca, conocida como “Ciudad de la eterna primavera” y que durante décadas fue un sitio favorito de descanso para residentes de la cercana Ciudad de México.
Sin embargo, las pandillas dedicadas a la venta de drogas y la extorsión han plagado el área en años recientes, ahuyentando a algunos turistas y residentes. La autopista —y rutas de las drogas— entre la capital del país y el puerto de Acapulco, pasa por Cuernavaca y Temixco.