El ministro administrativo de la Presidencia, José Ignacio Paliza, entregó una partida en materiales de construcción al Servicio Social de Iglesias Dominicanas por un monto de RD$10 millones para reconstrucción y reparación de templos afectados por el huracán Fiona en el Este del país.

Según el levantamiento hecho en las provincias afectadas por el fenómeno atmosférico, unas 150 iglesias fueron seriamente afectadas, algunas totalmente destruidas, por lo que debido a la labor social que realizan el gobierno decidió darles apoyo.

El ministro Paliza destacó la labor social de las iglesias, sobre todo en comunidades y sectores más carenciados, donde organizan a las personas en base a los mejores principios cristianos.

Debido a los daños causados a los templos, expresó, el gobierno entrega un primer aporte en materiales de construcción y recursos económicos para que puedan reparar las iglesias, muchas de ellas en lugares muy pobres y que han sido levantadas con el esfuerzo colectivo de los feligreses.

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“Por tanto, estamos hoy, en nombre del gobierno dominicano, del presidente Luis Abinader, dando ese primer aporte que busca mejorar la suerte de esas 150 iglesias”, sostuvo el funcionario.

Afirmó que en la medida que avance el tiempo el gobierno podría ofrecer otros aportes, debido a que no solamente quedaron afectadas las iglesias sino también los equipos de sonido, mobiliario en general, por lo que urge ayudar para que en el menor tiempo posible puedan volver a congregar a sus fieles.

Señaló que ya algunas de las iglesias han sido intervenidas, pero que no hay otra manera mejor de hacerlo que con los propios líderes, quienes conocen de manera particular dónde están, a quiénes representan y sus necesidades más perentorias.

“Las iglesias tienen mucha fuerza, credibilidad, organización, compromiso con esos principios, son celosos de cada centavo, de cada pedazo de madera o plancha de Zinc, además muy justas”, subrayó.

En Samaná

El pastor Dío Astacio, enlace entre el Poder Ejecutivo y las iglesias, informó que ya el gobierno incursionó en Samaná, donde todas las confraternidades recibieron recursos para reparar sus templos.

Dijo que el Servicio Social de Iglesias y la mayoría de concilios elaboraron un presupuesto aproximado y que decidieron repartir los recursos conforme a las urgencias.