En la carta de intención que el Gobierno sometió al Directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) en fecha 19 de marzo de 2010, se compromete a “aplicar un mecanismo más flexible de precios para las tarifas de electricidad, con miras a adoptar una “tarifa técnica” (que cubrirá el costo de generación, transmisión y distribución, así como las pérdidas de eficiencia en el sistema)”.

La “aplicación de un mecanismo más flexible” no es más que el aumento de la tarifa eléctrica vigente.

¿Se justifica un aumento de la tarifa eléctrica? ¿La tarifa actual no cubre los costos de generación, transmisión y distribución y por tal razón se justifica el aumento en la tarifa?

Para tratar de responder las interrogantes  planteadas, nos asistimos de los Informes de Desempeño del Sector Eléctrico de 2009 publicados por la CDEEE con datos que incluyen los sectores PRA más No PRA.

En 2009, el precio promedio de compra de las distribuidoras a los generadores fue de US$0.128/Kilovatio hora (incluyendo pago por capacidad y peaje de transmisión), mientras que el precio promedio de la energía facturada a los clientes fue de US$0.191/Kwh, lo que produce un margen de intermediación promedio a favor de las distribuidoras o Valor Agregado de Distribución (VAD) de US$0.062/Kwh, el cual equivale al doble del VAD para una distribuidora manejada eficientemente.

El VAD del 2009 representa el 48.68% del precio promedio de compra de energía de las distribuidoras a los generadores. Si las distribuidoras manejaron en promedio un VAD que es el doble del valor que se le asigna a una distribuidora administrada eficientemente, entonces se puede concluir que la actual tarifa cubre los costos de generación, transmisión y distribución y que no existen razones para que dicha tarifa sea flexibilizada

En 2009, los cobros totales de las distribuidoras no alcanzaron para cubrir el pago total de la energía comprada a los generadores, produciéndose un déficit de unos US$196.299 millones. Ese déficit no puede ser atribuido a una deficiencia o insuficiencia tarifaria, sino que el mismo se debe única y exclusivamente a la ineficiencia y mal manejo de las distribuidoras, las cuales presentan pérdidas totales (técnicas y no técnicas) de un 42.85%, mientras que las pérdidas entre la energía facturada a los clientes y comprada a los generadores se sitúan en un 34.91%.

 La energía que no se factura nunca se podrá cobrar, ya que para cobrar primero hay que facturar.

¿A qué se debe que cerca del 35 por ciento de la energía comprada a los generadores no se facture?:

• A que alrededor de 1.1 millones de hogares (según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de Hogares 2007) consumen energía sin tener un medidor o contador que registre el consumo. La cantidad de hogares que consumen electricidad y cuyo consumo no se mide por carecer de un medidor, representa el 139% de los hogares que si tienen medidores según la misma Encuesta (790 mil).

• La gran cantidad de fraudes que existen en los segmentos de clases media y alta, comercios e industrias que aun teniendo medidores evaden los mayores consumos de energía a través de los más variados métodos existentes.

Si las distribuidoras fueran administradas eficientemente y se hicieran las inversiones correspondientes en distribución, las pérdidas entre la energía facturada a los clientes y comprada a los generadores podrían reducirse de una manera dramática, con el solo hecho de medir el consumo de cada usuario, facturar y luego cobrar.

En la Tabla  se puede apreciar en los casos 1 a 4, cómo manteniendo el mismo índice de cobranzas del 2009 (87.79%), la misma cantidad de energía comprada por las distribuidoras, el mismo precio de compra, el mismo precio de facturación a los clientes, el mismo VAD y solamente reduciendo las pérdidas entre la energía facturada a los clientes y la comprada a los generadores, las pérdidas totales de las distribuidoras se reducen significativamente y dichas empresas pasan de ser deficitarias en el pago de la energía comprada a los generadores a tener superávit significativo. En Panamá, las pérdidas totales promedio de las distribuidoras son de un 12%.

Conclusiones:

1. La tarifa eléctrica cubre los costos de generación, transmisión y distribución, ya que le permite a las distribuidoras manejar un margen de intermediación o VAD de US$0.062/Kwh, el cual es el doble que requiere una distribuidora manejada eficientemente representando 48.68% del precio promedio de compra de energía.

2. Los precios promedios a los que las distribuidoras compran la energía a los generadores son inferiores a los precios promedios a los que las distribuidoras facturan a los clientes. En consecuencia el déficit financiero de las distribuidoras no es ocasionado por los precios de compra de energía a los generadores, sino por la ineficiencia y mala gestión de esas empresas.

3. El problema del déficit financiero del sector eléctrico no es por la ineficiencia en los cobros sino por la incapacidad de facturar la energía que se consume, ya que 1.1 millones de hogares consumen energía y su consumo no es facturado por no poseer contadores y a los fraudes que cometen los clientes que poseen contadores.

4.  Mientras las distribuidoras se manejen con un VAD superior a los US$0.03/Kwh, no se justifica la “flexibilización” o aumento de la tarifa a la que el Gobierno se ha comprometido con el FMI.

5. El déficit financiero del sector eléctrico se debe única y exclusivamente al mal manejo e ineficiencia de las distribuidoras, situación que produce que en el 2009 la cantidad de energía comprada por las distribuidoras para consumo de la población en general se situé prácticamente en los mismos niveles de compra del periodo 2001-2003, a pesar de que el Gobierno en el periodo 2005-2009 hizo transferencias totales al sector eléctrico superiores a los US$6 mil millones.

6. El objetivo de la “flexibilización” o aumento de la tarifa eléctrica a partir de junio de este año, obedece única y exclusivamente al hecho de cargar las ineficiencias del mal manejo de las distribuidoras sobre los bolsillos de los que pagamos por un servicio caro, ineficiente y malo y tratar de reducir el subsidio directo del Gobierno al sector.

7. Tradicionalmente los aumentos en la tarifa eléctrica han significado un aumento en los fraudes, evasiones y pérdidas de las distribuidoras.

8. Al FMI lo único que le interesa es asegurar la cadena de pagos a los generadores, que no se interrumpa el flujo de pagos hacia los generadores, que no se generen atrasos para que de esta manera los generadores puedan honrar a tiempo los compromisos financieros con las entidades financieras y tenedores de bonos. Después de todo, el FMI es el banco de los bancos y de las entidades financieras

9. ¿Es justo que la población que paga por un servicio caro, malo y deficiente, sea penalizada con aumentos que no se justifican mientras las distribuidoras y las empresas eléctricas estatales poseen una nómina excesiva cuyo monto mensual pasó de US$2 millones en el mes de agosto de 2004 a US$15 millones en diciembre de  2009, para un aumento de más de 7 veces? 

La cifra

196.299 millones de dólares.  Fue el déficit de los  cobros  de las distribuidoras que no alcanzaron para cubrir el pago  de la energía comprada a los generadores en  2009. Ese déficit  se debe  a la ineficiencia y mal manejo de las distribuidoras.

Zoom

Aumento no

¿Es justo que la población que paga por un servicio caro, malo y deficiente sea penalizada con aumentos que no se justifican mientras las distribuidoras y las empresas eléctricas estatales poseen una nómina excesiva cuyo monto mensual pasó de US$2 millones en agosto del 2004 a US$15 millones en diciembre del 2009, para un aumento de más de 7 veces? Al Fondo Monetario Internacional (FMI) lo único que le interesa es asegurar la cadena de pagos a los generadores, que no se interrumpa el flujo de pagos hacia los generadores, que no se generen atrasos para que de esta manera los generadores puedan honrar a tiempo los compromisos financieros con las entidades financieras y tenedores de bonos. Después de todo, el FMI es el banco de los bancos y de las entidades financieras. El objetivo de la “flexibilización” es aumentar la tarifa eléctrica a partir de junio.