Gobierno como gran comprador

Gobierno como gran comprador

Aun cuando el Estado revisó antes su política de compras y contrataciones para democratizarlas y dar prioridad a proveedores nacionales, el decreto número 168-19 subraya con pasos concretos que el país mismo, por región, sea fuente directa de bienes requeridos por organismos públicos. Es el Gobierno un adquiriente que creció en demanda de alimentos para programas sociales, hospitales en número creciente, y cuarteles. Provee medicinas y sustenta otros auxilios que emplean una diversidad de artículos que deben ser preferentemente de origen local. En algunos casos se justificaría que el respaldo al abastecedor criollo al consumir sus renglones garantice la rentabilidad a través de los precios a modo de subsidios razonables y de estímulo al campesino pobre, al cual se pretenderá llegar sin intermediarios, usualmente voraces en este medio.

La condición de «gran comprador» de bienes dominicanos que el Gobierno muestra debe ir acompañada del hasta ahora escaso mérito de “gran pagador”. Que sea un Estado que honra sin moras despiadadas los compromisos que asume. Haber incurrido en lo contrario ha sido desastroso para muchos medianos y pequeños negocios de confecciones diversas para programas escolares, proveedores cíclicamente llevados al borde de la ruina. Ahí están los antecedentes de incumplimientos con saldos de colapsos y suicidios de contratistas y constructores.

En perjuicio de una mayoría

El transporte público ejercido directamente por el Estado o por particulares es de prestación obligada. Un servicio de primerísima necesidad y las normas legales que le corresponden desautorizan la negación a prestarlo con paralizaciones. El derecho a la movilidad está siempre por encima de ejercicios grupales de orden laboral.
Un conocido sindicato de choferes anuncia protestas callejeras contra autoridades, facultados a ello innegablemente. Lo inaceptable es que para hacer oír su voz vaya a sorprender masivamente a los usuarios retirando de rutas urbanas en horas pico todas sus unidades. Miles de personas a ser dejadas a la vera de los caminos, frustradas en sus agendas y prioridades de cualquier día (salud, estudio, trabajo, negocio) impedidas de libre tránsito en calidad de víctimas propiciatorias.

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