Como informamos en la entrega anterior, el libro Juan Bosch, presidente: a 60 años de su gobierno, es fruto de la compilación y análisis del filósofo e historiador Eliades Acosta Matos. La obra forma parte del programa de actividades organizado por la fundación que lleva el nombre del escritor y ex presidente de la Republica, en ocasión de conmemorarse la sexta década de su administración.
Entre otros documentos. figura la trascendental carta del Comité Ejecutivo Nacional del PRD al Episcopado dominicano, del 13 de diciembre, a solo siete días de las elecciones, demandando respuestas ante las calificaciones de comunistas y ateos a los dirigentes de la organización política, de parte de sacerdotes y de publicaciones católicas. Fruto de ese mensaje, logró realizarse el histórico debate entre el entonces candidato Juan Bosch y el sacerdote jesuita Láutico García, evento considerado como uno de los factores principales del triunfo electoral del 20 de diciembre de 1962.
En la definición y estructuración de su ideario, Bosch produce una notable obra narrativa, especialmente la cuentística, expresión del drama de explotación y reciedumbre del ser humano en la forja de su destino. A todo esto se agregan, en el contexto del momento y espacio en que se configuran los textos de esta compilación, el Programa Mínimo de los expedicionarios del 14 de junio de 1959, el Programa de Gobierno del PRD de 1962 y la Constitución de 1963.
Al referirse a los orígenes de la Revolución de Abril, el profesor Bosch explica:
‘’En realidad, esa revolución estaba en marcha desde fines de 1959, y fue manifestándose gradualmente, primero con una organización clandestina de jóvenes de la clase media que fue descubierta a principios de 1960, después con la muerte de Trujillo en mayo de 1961, más tarde con las elecciones de diciembre de 1962, y por último con la huelga de mayo de 1964. El golpe de Estado de septiembre de 1963 no podía detener esa revolución’’.
La semilla patriótica y transformadora de 1959 fue la de los expedicionarios de Constanza, Maimón y Estero Hondo, «Raza Inmortal», en cuyas mochilas también llegaba la revolución democrática, a través del Programa Mínimo del Movimiento de Liberación Dominicana, puntos que, en su gran mayoría, de una forma u otra, fueron desarrollados en la etapa democrática de 1963.
Todos estos fueron temas que merecieron la atención del Gobierno de 1963. El influjo de los que «Llegaron llenos de patriotismo/enamorados de un puro ideal/Y con su sangre noble encendieron/la llama augusta de la libertad», fue recibido inmediatamente por «una organización clandestina de jóvenes de clase media», según el juicio del profesor Bosch. De ahí saldría el Movimiento Revolucionario 14 de Junio, liderado por Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y Minerva Mirabal, la misma organización que protestó con su sangre «en las escarpadas montañas de Quisqueya», el crimen contra la democracia y la justicia que constituyó el golpe de Estado de 1963.
A un año y siete meses del cuartelazo septembrino, el 24 de abril de 1965, el pueblo dominicano se propuso recuperar a su presidente y Constitución, elegidos de manera libérrima. Fueron siete meses de entrega pasional a la causa nacional. Después del triunfo del 20 de diciembre de 1962, tras una intensa e inédita campaña electoral, no hubo descanso ni vacaciones: el 24 de diciembre el presidente electo salía hacia Europa, vía Estados Unidos, para contactar con Gobiernos, instituciones y empresas, que serían claves en la consecución de sus portentosos proyectos de transformación de República Dominicana.