Tras la decisión de un juez de Texas de anular la aprobación de una píldora abortiva, el Departamento de Justicia estadounidense apela la decisión para garantizar su acceso.
No ha tardado mucho. Tras la decisión del juez Matthew Kacsmaryk a última hora de la noche del viernes de suspender la autorización de comercialización de la mifepristona (RU 486) en todo Estados Unidos, el Departamento de Justicia presentó el lunes 10 de abril un recurso ante un tribunal de Nueva Orleans.
Es una nueva señal de su voluntad de enfrentarse al bando antiabortista, que sabía lo que hacía cuando se dirigió a este juez federal de Texas. No sólo ha estado abiertamente en contra de la interrupción voluntaria del embarazo durante mucho tiempo, sino que el circuito de apelación que revisará su decisión también está dominado por los ultraconservadores.
«Segura y eficaz»
El «fallo extraordinario y sin precedentes» de un tribunal federal de Texas debería «bloquearse a la espera de una revisión de fondo» del caso, escribió en su recurso la administración del presidente demócrata Joe Biden.
Lea: Farmacéuticas denuncian orden judicial de EEUU contra píldora abortiva
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) dictaminó en 2000 que la mifepristona (RU 486) era «segura y eficaz» para interrumpir un embarazo y aprobó su venta, según el gobierno. Desde entonces, más de 5 millones de mujeres estadounidenses la han utilizado y, cuando se toma según las indicaciones, «los efectos secundarios graves son extremadamente raros», argumenta. El tribunal decidió privar a las pacientes «basándose en su propia evaluación errónea de los riesgos», escribe.
Decisión «basada no en la ciencia»
«La mifepristona ha estado en el mercado por 23 años en Estados Unidos. También ha sido aprobado mundialmente como un medicamento muy eficaz y muy seguro para las personas que quieren interrumpir o terminar con sus embarazos. Entonces para nosotros es otra técnica de los legisladores que no están de acuerdo o que quieren quitar el acceso al aborto por completo en Estados Unidos», explica a RFI Ena Suseth Valladares, directora de programas en California Latinas for Reproductive Justice.
«Es muy importante este momento, es muy crítico, pero vamos a seguir peleando y vamos a seguir viendo qué se puede hacer, porque no puede ser que un juez haga este tipo de decisiones basada no en la ciencia, sino que simplemente es una técnica más para quitarle el derecho a las personas a decidir si tener o no tener un aborto», prosigue.
Corte Suprema
Lo que pide la institución dirigida por Merrick Garland es la suspensión de la ejecución de la sentencia mientras estudia el recurso y la revocación total de la decisión antes del mediodía del jueves. En caso contrario, el Departamento de Justicia remitirá el asunto a la Corte Suprema. De todas maneras, el alto tribunal debería tomar el caso por su cuenta.
De hecho, otro juez federal del Estado de Washington, anticipándose a esta decisión, a la que se han referido los responsables locales, prohibió a la FDA retirar su aprobación en los 17 Estados origen del recurso. Las dos sentencias son, pues, perfectamente contradictorias y la Corte Suprema deberá pronunciarse casi automáticamente. Además, está dominada por ultraconservadores contrarios al aborto, que ya abolieron este derecho a nivel federal hace menos de un año.