El Palacio Consistorial, sede del primer cabildo de América, fue el punto de encuentro. Tan pronto los invitados subían al salón principal observaban las banderas de Nicaragua y República Dominicana.

Esto así porque el gobierno de esa nación centroamericana, a través del embajador acreditado en el país, Leopoldo Ramírez Eva, condecoró al síndico del Distrito Nacional, Roberto Salcedo con la “Orden General José Dolores Estrada, Batalla de San Jacinto, Grado Gran Oficial”, por sus dotes de caballero y la eficiente gestión al frente del Ayuntamiento.

Al pronunciar el discurso central, durante el sencillo pero emotivo acto, el diplomático agradeció la presencia de los invitados, al tiempo que destacó los esfuerzos que realiza el síndico en pro de rescatar el urbanismo de la primera ciudad de América. “Sabemos que es una tarea ardua, pero confiamos en que seguirá adelante, y que con su esfuerzo y el apoyo de los munícipes logrará cambios importantes en el reordenamiento del Distrito Nacional”.

Así mismo, expresó su deseo de que ambas naciones sigan fortaleciéndose.

Luego de sus palabras, el embajador Leopoldo Ramírez Eva colocó la insignia al síndico Roberto Salcedo sobre su saco color negro.

Lleno de emoción, Roberto Salcedo agradeció al presidente de Nicaragua, Enrique Bolaños, por la distinción, y destacó los lazos históricos y de amistad que unen a la patria del más grande poeta de habla hispana, Rubén Darío, y a la tierra de Duarte, Sánchez y Mella. “Al recibir este reconocimiento queda como constancia las excelentes relaciones que a través de los años han cultivado nuestros países”.

Sonriente dijo: “De manera personal a Nicaragua me unen lazos deportivos, porque allá jugué en intercambios con ligas de béisbol”.

Al concluir sus palabras, su esposa Angélica, sus compañeros de labores y los diplomáticos presentes le felicitaron por el mérito de su distinción.

Durante unos minutos todos conversaron de amenamente, mientras las palomas que siempre visitan esa parte de la Zona Colonial alzaban su vuelo, en señal de alegría, pues también fueron partícipes de ese memorable momento.

[b]Sobre la orden[/b]

En la Hacienda San Jacinto, el 14 de septiembre de 1856, librada la batalla entre 120 ó 150 soldados nicaragüenses comandados por el entonces coronel José Dolores Estrada, contra 300 mercenarios estadounidenses bien armados, se resolvió a favor del ejército nacional, por su valentía y amor a la patria, destacándose en el mismo, además del propio Estrada, los oficiales Ignacio Jarquín, Liberato Cisne, José Siero, y el sargento Andrés Castro. En reconocimiento a su destacada labor en favor de la libertad de su pueblo es concedida la orden que lleva su nombre a personas que realizan una destacada labor en beneficio de la sociedad.