El presidente dominicano, Luis Abinader, afirmó este viernes que restringirá las inversiones chinas en telecomunicaciones, en un aparente cambio de opinión en pocas semanas.
Durante una teleconferencia con el Centro Wilson de Estados Unidos, Abinader recalcó que las inversiones chinas son «bienvenidas» en todos los sectores de la economía, salvo en las áreas consideradas «estratégicas» por el Gobierno.
Las declaraciones del mandatario dominicano se producen tres semanas después de que el propio Abinader dijera que no pone objeciones a las inversiones de la compañía china Huawei en las infraestructuras de telefonía 5G.
Durante el acto de presentación de la licitación de la red 5G, el 7 de octubre pasado, Abinader aseguró que le corresponderá a las operadoras de telefonía elegir la tecnología que implantarán en sus redes, sea esta de Huawei o de otra empresa.
«No es el Gobierno que va a aplicar la tecnología. Son los prestadores de servicios. Hay varias tecnologías 5G (…) Nosotros no estamos involucrados en la tecnología, sólo en la licitación del espectro», afirmó el presidente dominicano en respuesta a una pregunta sobre la empresa china.
La Presidencia dominicana no respondió a preguntas de Efe para aclarar si el veto a las inversiones chinas afectará también a las infraestructuras de la red 5G, o si esta no se considera una área estratégica.
En sus declaraciones de este viernes, Abinader reiteró que la posición de su Gobierno en política exterior es «estar en el lado de una alianza estratégica con Estados Unidos».
Este viernes, el Gobierno dominicano dio otro paso de acercamiento a Washington, al anunciar que estudia la posibilidad de trasladar su embajada ante Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, decisión que va en contra del consenso internacional de no establecer embajadas en la ciudad mientras su parte oriental esté ocupada.
Estados Unidos anunció el traslado de su embajada en Israel en 2018 a pesar de la condena de la ONU, y esta medida también fue adoptada posteriormente por Guatemala.
El mes pasado, otros países como Honduras, Serbia y Kosovo anunciaron que mudarán a Jerusalén sus embajadas, que hasta el momento tienen asiento en Tel Aviv.