El Gobierno de Donald Trump presentó ayer las líneas generales de “la mayor bajada de impuestos de la historia” en Estados Unidos.

El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y el director de Economía Nacional, Gary Cohn, anunciaron en rueda de prensa que bajará del 35 al 15% el tipo federal del Impuesto de Sociedades y reduce el impuesto sobre la renta a tres tramos del 10, 25 y 35% según el nivel de ingresos.
Entre las nuevas deducciones fiscales que se añadirán se encuentra que las parejas casadas no tributen nada por los primeros 24.000 dólares que ingresen anualmente, una cifra que se sitúa actualmente en los 12.600 dólares.
También han propuesto la eliminación del impuesto de sucesiones que, por aplicarse solo sobre herencias superiores a 5,5 millones de dólares, solo afecta a un 0,2% de la población del país.
Sin embargo, no han dado detalles relevantes, como cuáles serán los niveles de ingresos para pertenecer a cada uno de los tres tramos de renta o qué deducciones se eliminan y cuáles se incorporarán.
La bajada del Impuesto de Sociedades será compensada en parte con un nuevo impuesto, el de ‘repatriación’, por el cual se aplicará una tasa del 10% sobre los beneficios que las empresas estadounidenses repatrien en forma de dividendos.
La intención del Ejecutivo con esta medida es fomentar que las compañías norteamericanas permanezcan en el país y creen nuevos empleos.
Por el contrario, no incluye la propuesta del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, que abogaba por una tasa fronteriza a las importaciones, en lo que supone otro varapalo para el que fuera candidato a la vicepresidencia en 2012.
Cohn y Mnuchin han incidido en que el objetivo es impulsar el crecimiento, considerando que un 3% o más de crecimiento anual en el PIB es sostenible si se toman estas medidas. A ello han añadido que se beneficiará a todas las empresas, no sólo a las grandes corporaciones, así como al conjunto de la ciudadanía.
También han hecho hincapié en que se va a reformar la ley tributaria en su conjunto para evitar que los americanos estén «frustrados por ser un sistema tan complicado que no pueden hacer sus propias declaraciones de impuestos», señaló Cohn. Entre esta simplificación de la legislación se encuentra la eliminación de varias deducciones fiscales.
Además, han afirmado que las propuestas han sido discutidas con cientos de empresarios de diversos sectores y con miembros de la Cámara de Representantes y del Senado.