Gobierno debe acelerar planes para el ahorro energético en RD

Gobierno debe acelerar planes para el ahorro energético en RD

POR CLAUDIO CABRERA
Al tomar en cuenta las proyecciones elaboradas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca del comportamiento de los precios del barril de petróleo en los mercados mundiales y de sus efectos nocivos sobre las economías de países en vías de desarrollo como el nuestro, los organismos multilaterales han señalado a los respectivos gobiernos, sobre todo en naciones importadoras netas del producto, elaborar planes y programas para ahorrar y disminuir el consumo de energía, así como para procurar alternativas energéticas mejor adaptadas a sus necesidades.

En este orden, los detalles sobre el comportamiento de los precios del barril de petróleo y de los montos gastados por República en importaciones, son elocuentes.

La República Dominicana importó el año pasado US$2,451.1 millones en hidrocarburos, mientras que al 2004 había importado US$1,667.5 millones.

Esto impactó en la factura petrolera que se incrementó del 2004 al 2005 en un 47.5%, básicamente por causa de dichos precios.

Fue este comportamiento el cual básicamente impactó en el sector externo de República Dominicana, contribuyendo al resultado deficitario de la cuenta corriente del país, la cual según datos del Banco Central en su último informe trimestral de la economía dominicana cerró con un déficit de US$239.6 millones, igual a un -0.8% del Producto Bruto Interno (PIB) para el año 2005. Respecto al 2004, este saldo representó una reducción del orden de 6.6% respecto al 2004.

En términos reales, el saldo fue el reflejo de un importante aumento del 44.8% en las otras importaciones nacionales, lo que le permitió, según el análisis de la institución monetaria, crecer en un 9.3%.

Este punto se refiere a las importaciones de petróleo que crecieron al 2005 poderosamente por efecto del alza del barril, situando la factura en un monto neto mayor de US$783.6 millones “debido principalmente por los mayores precios de los combustibles, pues el volumen importado aumentó sólo 11.0%, en tanto que los precios aumentaron en 32.4%”.

Al respecto, el boletín número uno “Monitor Energético” publicado por la Unidad de Análisis Económico del Secretariado Técnico de la Presidencia, refiere que con la carga sobre el sector externo, tiende a sentirse más “el aumento de los desequilibrios de la cuenta corriente de la balanza de pagos de las economías importadoras netas de petróleo, como es el caso de la dominicana”.

“Para los países de Centroamérica y el Caribe, y para República Dominicana en particular -refiere el documento citado-, el crecimiento de los precios del petróleo ha constituido un desafío más difícil, parcialmente debido a la presión que representa su mayor gasto por importaciones de petróleo y, por otra parte, cuando los precios internos (energía o combustibles) han aumentado en consonancia con las condiciones del mercado mundial”.

Un efecto combinado

Aunque está previsto que el impacto producido por el “shock” de los precios aún no retardará la fase de crecimiento que ha retomado la República Dominicana, dentro de una marco de estabilidad macroeconómica, todos los análisis y perspectivas conducen a que el precio del petróleo continuará subiendo en el corto plazo, incluso, hasta el año 2007.

Mientras el Banco Mundial prevé precios promedios de hasta US$56.0 y US$52.0 por barril entre el 2006 y el 2007, respectivamente, el FMI dispone de proyecciones menos conservadoras para este año 2006 en precios promedios, señalando que para el 2006 serán de US$61.8 por barril.

Para esta situación los países deben estar preparados, como es el caso de las naciones que no disponen de reservas de hidrocarburos.

Aunque las autoridades dominicanas no han indicado en toda su extensión los alcances de un programa para el ahorro de energía convencional, se conoce que en las instituciones técnicas del gobierno se elabora un programa con miras a ese propósito.

El estudio de la Unidad de Análisis sostiene que aunque algunos países grandes de la región mantienen buenos precios de sus productos exportables, no se trata de una suerte generalizada a todas las naciones.

 “El análisis agregado oculta las considerables penurias que padecen los países importadores netos de petróleo, particularmente las economías pequeñas de América Central y el Caribe”.

Riesgo de debilidad

El estudio consigna también que en la actualidad prevalece un serio riesgo de que el crecimiento económico de los principales socios comerciales como Estados Unidos, se desacelere a un ritmo más acentuado de lo esperado, como resultado de los altos precios del petróleo.

Cita el ejemplo de que en los Estados Unidos se proyecta una moderación significativa del consumo personal por segundo semestre del 2005 y primero del 2006, “como efecto combinado de la escalada alcista más reciente de los precios de los combustibles y la energía, y por la contracción monetaria”.

Revela que aunque en los países desarrollados los costos añadidos por alzas del crudo han sido asimilados por las empresas, en las economías emergentes con expectativas inflacionarias menos controlables, “la inflación ha sido más activa, aunque en muchas de ellas el alza de los precios internacionales del petróleo aún no se ha trasladado completamente a los consumidores internos”. 

Entre otras previsiones, se advierte sobre un escenario conformado por mercados financieros cada vez más restrictivos y precios del petróleo subiendo a niveles más altos, que aumentan las expectativas inflacionarias “y podrían desencadenar un aumento, paulatino o brusco, de las tasas de interés con efectos muy adversos para las economías emergentes o en desarrollo, especialmente las más endeudadas”.

Respuestas del gobierno

Entre otras medidas, las autoridades gubernamentales dominicanas han asumido algunas para suavizar el impacto del aumento de los precios del petróleo en la economía del país, pues se han adoptado la congelación del subsidio del GLP a partir de septiembre del 2004, lo cual redujo dichas transferencias en un 25% al 2005 respecto al año previo.

Adicionalmente, en septiembre del 2005 el gobierno anunció e implementó varias medidas para inducir al ahorro de energía y combustibles en los sectores público y privado, lo que contribuyó a reducir en meses posteriores las importaciones de combustibles en cantidad estimable.

Además, se adoptó la decisión de incrementar una mayor participación en las iniciativas regionales de integración energética y mejoramiento de acceso a mercados de hidrocarburos, tales como Petrocaribe y el Programa de Integración Energética de Mesoamérica (PIEM).

Igualmente, se acogió el programa gubernamental de sustitución de bombillas cuyo alcance es de 490,000 hogares de bajos ingresos a los que el gobierno subsidia la energía eléctrica, el cual contempla el cambio de dos millones de bombillas incandescentes por las de bajo consumo.

Este programa implicará una reducción del consumo de energía de 350 gigawatts, igual a 700,000 barriles de petróleo con una economía de divisas de US$42 millones por año, a precios de US$60.0 por barril.

Al destacar el alto grado de dependencia de la energía convencional por parte del país, el estudio sostiene que “el nivel de dependencia energética hace que la inducción y realización de cambios en el patrón de consumo de energía constituya un alto imperativo ético para gobernantes y ciudadanos”.

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