POR CARMEN MATOS
El gobierno entregó ayer seis mil raciones alimenticias a las comunidades que fueron afectadas la semana pasada por el desborde de la cañada Guajimía, así como colchones, estufas, neveras y otros electrodomésticos que se dañaron con el paso de las aguas que también cobraron la vida de dos menores de edad.
Cientos de personas fueron beneficiadas con los paquetes que contenían arroz, habichuelas, coditos, pica pica y aceite y que fueron entregadas por voluntarios de la Defensa Civil y Fuerzas Armadas.
El gobernador de la provincia Santo Domingo, Eladio Martínez, que encabeza la comisión designada por el presidente Leonel Fernández para auxiliar a las 1,390 familias afectadas, explicó que las labores se harán en coordinación con la comunidad religiosa y grupos comunitarios del lugar, que hicieron un levantamiento previo de las necesidades de cada una.
A estas acciones se suman los 208 apartamentos que el gobierno entregará el próximo martes para beneficiar a las 190 familias ubicadas en el perímetro lineal de la cañada.
Además dijo que se instruirá a la Corporación de Acueductos y Alcantarillados (CAASD) para iniciar la limpieza y ampliación el ancho de la cañada, así como instalación de tuberías y corrección de las fugas que mantienen a los lugareños con el grito al cielo cada vez que llueve de forma sostenida.
También integran la comisión Emigdio Sosa del Plan Social de la Presidencia y el administrador de la Lotería Nacional, Ramón Rivas.
Recuerdan
Varios residentes en las comunidades aledañas a la cañada de Guajimía recordaron ayer los estragos causados por el paso de las aguas, que alcanzaron su punto máximo luego de diez días de lluvias sostenidas por la vaguada que azotó al país.
Para Altagracia Ventura, quien reside con su esposo y sus tres hijos en la calle respaldo 4 del sector Buenos Aires, no se trató de nada fuera de lo común, ya que siempre que llueve mucho, el agua sucia sube y llena la casa de lodo.
Narró que al momento de enterarse del desborde de la cañada, sólo pensó en sus hijos a quienes ella misma cargó y los puso encima de una mesa para finalmente abandonar su vivienda y guarecerse donde unos vecinos.
Como ella, decenas de familias tuvieron que buscar albergue tras el paso del siniestro que arrastró todo lo que estaba a su paso, incluyendo muebles, colchones y columnas.
La señora Ana Marte, de 62 años de edad, dijo que tuvo que sacar fuerzas para subir en mesas y muebles todos los electrodomésticos de su casa, así como la ropa suya y de su marido, quien desde hace varias semanas sufre quebrantos de salud.