Gobierno, partidos: no
golpeen las más chiquitas

Gobierno, partidos: no <BR>golpeen las más chiquitas

Con cierta frecuencia se escuchan voces de funcionarios y dirigentes partidarios deshonrando a las organizaciones de la sociedad civil dominicana. Dicen que esas organizaciones no representan a nadie y que se nutren con fondos de organismos internacionales. Vergüenza debería dar a los políticos que así se expresan. Veamos.

Primero, las organizaciones de la sociedad civil siempre serán pequeñas con relación a los partidos. Su objetivo es representar intereses diversos que se aglutinan en un sinnúmero de organizaciones sociales, ya sea en torno a identidades personales, laborales, territoriales o temáticas. Por eso hay muchas organizaciones religiosas, muchas organizaciones de mujeres, muchas organizaciones de jóvenes, muchas organizaciones sindicales y campesinas, muchas organizaciones profesionales y empresariales, muchas organizaciones de padres de la escuela, muchas juntas de vecinos, etc.

Estas organizaciones hacen política en mayor o menor medida en tanto promueven los intereses de los sectores que representan, pero su propósito no es llegar al poder para dirigir el Estado. Los partidos, por el contrario, existen para alcanzar el control del Estado y compiten con tal propósito. Por eso tienen que expandir su membresía para captar votantes, no así las organizaciones de la sociedad civil.

Segundo, con excepción del empresariado que cuenta con recursos para financiar bien sus asociaciones, la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil tienen escaso financiamiento, y en la sociedad dominicana no hay fuerte tradición de financiar organizaciones sociales con fondos locales. Por eso muchas organizaciones de la sociedad civil tienen que recurrir al financiamiento de organismos internacionales.

Los partidos políticos, por el contrario, tienen abundancia de dinero y las fuentes son diversas. Se benefician del financiamiento público que establece la Ley Electoral 275-97, con un acápite para los partidos de 0.50% del presupuesto anual del gobierno en años electorales y 0.25% en años no electorales. Esa misma Ley establece que los partidos pueden obtener donaciones privadas sin establecer límites en los montos. Además, los partidos se benefician del presupuesto público en todas las instancias del Estado mediante el clientelismo y la corrupción cuando están en el poder.

Esto significa que los partidos políticos son las entidades mejor subsidiadas de la sociedad dominicana, lo que les facilita ganar adeptos y aplastar a muchas organizaciones de la sociedad civil, sobre todo a las que cuestionan las gestiones gubernamentales.

Por el contrario, el subsidio que el gobierno otorga a algunas organizaciones de la sociedad civil tiende a ser pequeño para las labores que realizan, y a veces el gobierno se retrasa en la entrega de recursos, o no entrega todas las partidas prometidas. Por ejemplo, al finalizar el año 2010, algunas organizaciones de la sociedad civil no recibieron el subsidio completo porque el gobierno supuestamente no tenía dinero.

Para comprender la magnitud del problema hay que tener presente que muchas organizaciones de la sociedad civil realizan el trabajo social con sectores vulnerables de la población dominicana que el Estado abandona a su suerte: niños desamparados, personas discapacitadas, o mujeres pobres. Además, estas organizaciones asumen causas sociales loables que los partidos y el gobierno abandonan o manipulan, como el caso de la lucha por el 4%.

En República Dominicana, es claro, hay un desbalance entre el acceso a los recursos económicos que tienen los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil, a pesar de las  múltiples actividades necesarias que realizan estas organizaciones sociales.

Ojo: la democracia se nutre de un sistema de partidos fuerte, pero también de una sociedad civil fuerte y con autonomía del Estado y los partidos.

Gobierno, partidos: no golpeen las más chiquitas.

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