El Gobierno de Danilo Medina heredó una situación fiscal difícil. El 16 de agosto del 2012 tomó posesión con un déficit fiscal del Sector Público de un alrededor de RD$120,000 millones y para diciembre del 2012 el déficit fiscal consolidado se situó en RD$186,904.8 millones, un 8.1% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra sin precedentes en la historia fiscal de la República Dominicana.
En apenas dos años de Gobierno, éste ha logrado reducir el déficit a 2.8 % del PIB en 2013 y se espera que para este año se mantenga igual, producto de las medidas fiscales aplicadas, por el lado de los ingresos y de los gastos. Sin embargo, el endeudamiento público ha continuado aumentado, la deuda pública ha pasado de 33.0% del PIB en el 2012, a 38.3% y a julio de este año se situaba en 38.9%.
La deuda pública es un tema que preocupa a los economistas Jaime Aristy Escuder, Miguel Collado Di Franco; Eduardo Tejera y Nelson Suárez, quienes al analizar el comportamiento fiscal del Gobierno de Medina externan su queja sobre la misma y cuestionan su sostenibilidad.
En los 22 meses transcurridos desde septiembre de 2012 a junio de 2014, el Gobierno Central ha destinado al pago de intereses de la deuda pública un montos de RD$113,289.9 millones, en tanto que para cubrir las amortizaciones y la disminución de cuentas por pagar se han empleado alrededor de RD$153,041.4 millones, es decir un total general por ambos conceptos de RD$266,331.3 millones, que equivalen al 38.6% de los ingresos percibidos en el mismo período, ascendentes a RD$688,963.8 millones, según explica Suárez.
Mientras, Aristy Escuder expresó que para detener el crecimiento de la deuda pública habría que reducir el déficit general del gobierno en por lo menos 1.3% del producto interno bruto, aumentar los ingresos y reducir los gastos.
De su lado, Tejera explica que además en el Presupuesto Nacional del 2014 el 80 % de los recursos se dedica al gasto corriente y solo 20% a inversiones de capital.
Esto frena la economía, debido a la abrupta caída de las inversiones reales, por aumentar el gasto corriente en salarios y bienes y servicios, subsidios y programas de solidaridad.
Entiende que en estos dos años ha habido mayor apoyo al sector agropecuario, que había sido descuidado por el anterior gobierno, sin embargo, la alta política económica y el modelo de desarrollo no ha cambiado. Dijo que a pesar del crecimiento económico la pobreza y las desigualdades sociales continúan aumentando.
Para Collado Di Franco, aunque con la “reforma tributaria” aprobada mediante la Ley 253-12, se aumentaron los ingresos fiscales, se necesita una reforma integral donde se bajen las tasas y se amplíe la base.
También dijo que se necesitan más incentivos para que el sector informal se formalice y racionalizar el gasto público, el cual ha seguido aumentado sobre la base de endeudamiento.