Gobierno y seguridad social

Gobierno y seguridad social

BIENVENIDO ALVAREZ-VEGA
Ojalá que la discusión sobre la seguridad social no se quede en el tema de la sustitución de la alta burocracia y en la cuestión del costo de la canasta de medicamentos para el plan básico de salud. Estos temas, lógicamente, están en el centro del debate de ahora, pero hay asuntos que probablemente son más trascendentes y que bien pudieran ser considerados en esta oportunidad. Pero uno quisiera, de entrada, recordarle al gobierno del Partido de la Liberación Dominicana que hay temas cuyo manejo permite con más claridad que otros expresar la tendencia ideológica reinante en el equipo gobernante. El tema fiscal es uno. El tema de los ayuntamientos es otro. El tema de la seguridad social es otro.

En los dos primeros el PLD y su administración no han sido capaces de demostrar el más mínimo talante progresista, y mucho menos de izquierda. Y la verdad es que a uno le gustaría que este gobierno tuviera la iniciativa o el valor de recuperar algunas de las ideas que dieron origen a su partido, me refiero a su esencia.

En el tema fiscal, por ejemplo, el gobierno ha enfatizado los impuestos indirectos. Es muy poco lo hecho para gravar los patrimonios y para que la evasión del Impuesto sobre la Renta, probablemente el más justo de los impuestos, sea reducida a su mínima expresión. De este modo, quienes más pueden pagar siguen sin tributar lo que debieran.

Y en el caso de los ayuntamientos, no podía ser más conservadora  la postura del secretario de Interior y Policía, quien aboga una y otra vez porque los cabildos reciban menos dinero de la miseria que el Estado les entrega de los ingresos que aportan los contribuyentes.

En una visión progresista de la política y de la administración de los fondos públicos los cabildos son fortalecidos y utilizados como vehículos útiles para redistribuir la renta nacional y, de ese modo, descentralizar el gasto y las tareas administrativas de una nación.

Pero por acá estamos cultivando un conservadurismo propio de otros tiempos, muy a pesar de la cada vez más ocasional retórica progresista que se escucha entre algunas de las principales voces del gobierno y del Partido de la Liberación Dominicana.

La seguridad social es una conquista propia de las sociedades donde el hombre y la mujer están en el centro de las políticas públicas. No es casual que las dictaduras y las administraciones conservadoras sean adversas a la seguridad social. Tampoco es puro azar que de un tiempo a esta parte se haya querido levantar la bandera de la bancarrota del Estado de bienestar para negar los caminos de la felicidad y la prosperidad a los ciudadanos.

Este gobierno ha dado muestras de que no está convencido de que el sistema de seguridad social que ahora tenemos sea el más conveniente. Está consciente de que es excluyente y que lo que cubre lo hace con  limitaciones que son política y socialmente insostenibles.

El Vicepresidente ha dicho en más de una ocasión, por ejemplo, que sería saludable modificar la ley de seguridad social. Yo apoyaría una iniciativa de este tipo. El gobierno anterior fue muy complaciente con quienes quisieron manejar la seguridad social, pretensión que lograron en demasía.

El gobierno debe ir más allá de las actuales discusiones. Debe distinguir con claridad el sistema de pensiones y el sistema de salud. El primero puede seguir funcionando como está, pero con un concepto diferente de administración, de modo que los empresarios saquen sus largas y monopólicas manos.

El seguro de salud tiene que ser otro cantar. El Estado no puede renunciar, por ejemplo, a su obligación constitucional de brindar salud a todos los ciudadanos y ciudadanas. A todos, absolutamente a todos. Por consiguiente, de ninguna manera este sagrado servicio puede estar a merced de caprichos políticos y de intereses de empresarios de la salud.

El Presidente Fernández tiene la oportunidad de darle un giro progresista a su gobierno en materia de seguridad social. La salud debe estar al alcance de todos los ciudadanos, sin importar la naturaleza de su enfermedad, sin importar sus cotizaciones y sin importar su edad.

La sociedad así debe reclamarlo, además.

(bavegado@yahoo.com)

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