Lo único que quiere dejar en claro Gennadiy Golovkin este sábado en el ring del Madison Square Garden de Nueva York es que a sus 37 años, no está acabado.
El excampeón de peso medio volverá a la escena boxística por primera vez desde que Canelo Álvarez le quitara la etiqueta de invicto en una espectacular batalla realizada en septiembre del año pasado en Las Vegas.
La idea evidentemente es levantar la mano para la tercera batalla con el mexicano en espera de recibir el respaldo suficiente de laplataforma de streaming DAZN, con la que por cierto iniciará labores tras un acuerdo de seis peleas y tres años por 100 millones de dólares.

«Hay muchas cosas en juego, es mi primera pelea con DAZN, estaré de vuelta en el Madison Square Garden que es como mi segunda casa y será mi primera pelea con Johnathon Banks como entrenador después de un tiempo fuera, es mi regreso y quiero mostrarles que no estoy acabado», dijo Gennadiy (38-1-1, 34 KOs).

El más reciente triunfo de GGG fue en mayo de 2018 cuando vapuleó en dos rounds al californiano Vanes Martirosyan y en sus últimas cinco peleas tiene marca de tres triunfos, dos de ellos por nocaut, a cambio de una derrota y un empate, lo que le motivó a cambiar de entrenador tras un sólido andar con el entrenador mexicano Abel Sánchez. «Siento que voy a volver más fuerte. Siento mi poder», alertó el kazajo. «Esta será una oportunidad para mostrarle a mis fans mi experiencia. Steve Rolls (19-0, 10 KOs) estará enfrente y está invicto, esto es un negocio serio, un deporte peligroso y creo que vendrá listo para el sábado. Esta es una pelea de verdad y ya saben que tendrán un espectáculo emocionante», puntualizó. En la conferencia de prensa, Golovkin dijo que no se puede dar el lujo de subestimar a su rival como quizá sucedió con Anthony Joshua el sábado pasado cuando fue destronado por Andy Ruiz.