En el “continente negro”, tierra de colores, leyendas, magia y violencia, ha estallado otra crisis. En Zimbabue –antigua Rodesia- un grupo de militares han arrinconado en su hogar al presidente Robert Mugabe, lanzaron tanques a las calles, han arrestados funcionarios, ocuparon edificios de gobierno y han tomado la televisora estatal. Temiendo lo peor o la consumación “suave” de un golpe de Estado, Estados Unidos, la Unión Europea, la Unión Africana, Amnistía Internacional y otras instituciones han dado la voz de alerta y llaman a los “gorilas” a mantener el orden constitucional y los derechos humanos en la sufrida nación. Se teme más violencia.
Zimbabue y Mugabe.- Zimbabue es un país de 16 millones de habitantes de África austral que limita con Mozambique, Sudáfrica, Botsuana y Zambia. Tiene 390,757 kilómetros cuadrados. Aunque actualmente vive una gran crisis económica, sobre todo un alto desempleo y escasez de liquidez, el país es rico en platino, oro, diamantes y níquel. Zimbabue se independizó en 1980, y Mugabe, que tiene 93 años, y es considerado un héroe por su rol en la gesta, gobierna desde esa fecha la pobre nación. Se ha impuesto en todas las elecciones dejando una estela de denuncias y criticas de fraudes y cotejos. Mugabe cree que Zimbabue es una finca que le regalaron los dioses.
Origen de la crisis.- Analistas coinciden que el génesis de la actual crisis han sido los pasos de la primera dama, Grace Mugabe, para reemplazar al anciano presidente. Para allanar este camino Mugabe destituyó la semana pasada al vicepresidente Emmerson Mnangagwa para que Grace ocupe su lugar. Pero Grace, 40 años más joven que Mugabe, es despreciada por una gran mayoría que la ve como un símbolo del derroche. Por otro lado, los generales alzados, según versiones, se identifican con el vice Mnangagwa, y se defienden diciendo que en Zimbabue no hay un golpe sino una especie de purga en torno al presidente. En medio de la confusión, muchos esperan que Mugabe renuncie en cualquier momento. Y es que en verdad el anciano presidente es una reliquia de la Guerra Fría, enriquecido, como muchos otros, con la pobreza y atraso de África.