Desde antes de su ratificación por el Senado de su país, ya teníamos informaciones sobre la agenda que el propuesto embajador norteamericano James (Wally) Brewster vendría a desarrollar en República Dominicana, pues al igual que ahora, en aquella ocasión era bastante conocido al activismo LGTB de este importante recaudador del expresidente Obama, quien a su vez le complació la petición que este advenedizo diplomático le formulara, de venir a nuestro país debido a que en la agenda gay Quisquella estaba “atrasada” y era necesario enviar un peso pesado en esa materia para sacarnos de nuestros “errores”.
Antes de que el nuevo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lo sacara del cargo, Wally y su acompañante decidieron renunciar y así poner fin a sus labores “diplomáticas” en el país. Sin embargo, los resultados de su estadía en nuestra nación son inocultablemente frustrantes para esta pareja que de seguro pensó que los dominicanos nos dejaríamos seducir por su ideología infernal y que al abandonar la nación dejarían, como hizo Pablo en Asia Menor, “adoctrinada” a toda República Dominicana sobre su contra natura agenda LGTB.
Wally se retira y todo sigue igual. Menos del 4% de la población sigue practicando los pecados relacionados a la agenda gay. Los gays pobres siguen siendo pobres, los gays ricos siguen siendo ricos, siguen siendo amados y sus derechos respetados, pero nada cambió con la irrupción de estos mensajeros.
Ahora bien, mientras el sentimiento de frustración abraza al ex embajador Brewster debido al fracaso de sus cruzadas proselitistas de una agenda que el pueblo dominicano no quiere, no necesita y sobretodo no pidió, la satisfacción mayoritaria del pueblo dominicano debería exhibirse en todos los escenarios, pues demostramos entender que las invasiones del norte ya no son por las vías de las armas, sino por otras formas, tales como la cultural.
A quienes no se doblegaron, a quienes fueron capaces de mantener sus posiciones, a los que no claudicaron, a los dominicanos que tuvieron el valor de defender lo que creen, a esos felicito.