El Gobierno brasileño y Google anunciaron este miércoles que cooperarán en un proyecto para excluir contenidos y mensajes racistas de las redes sociales y plataformas de la multinacional.
El acuerdo fue anunciado tras una reunión que ejecutivos del gigante tecnológico tuvieron el martes en Brasilia con la ministra de Igualdad Racial de Brasil, Anielle Franco, tras el escándalo generado por la revelación de que una aplicación que Google ofrecía en su tienda virtual, que ya fue retirada, permitía al usuario “simular ser un propietario de esclavos».
Google se comprometió en el encuentro a invertir un millón de reales (unos 200.000 dólares) en la creación de un proyecto, en asociación con el Gobierno de Brasil, para apoyar programadores negros y negras e instituciones que investigan la divulgación de contenidos racistas y discursos de odio en las redes sociales.
La multinacional también se comprometió a colaborar en un grupo de trabajo con el Ministerio de Igualdad Racial para “moderar contenidos racistas” publicados en las propias plataformas de la empresa, como en Youtube, según un comunicado de la Presidencia brasileña.
La empresa aprovechó el encuentro para detallar otras iniciativas directas de combate al racismo que ha emprendido, como proyectos de apoyo a investigaciones sobre el asunto y de soporte a negocios liderados por personas negras.
“Es fundamental que tengamos una colaboración entre el Gobierno y la iniciativa privada para combatir el racismo y los discursos de odio. El ambiente virtual se convirtió en el que más prolífera ese tipo de contenido y las grandes empresas de tecnología tienen responsabilidad en su moderación”, afirmó la ministra brasileña.
Franco agregó que el Gobierno brasileño también discutió con otras plataformas, como Meta, formas de cooperación para combatir el racismo y la diseminación de discursos de odio en las redes.
En la reunión participaron la vicepresidente de Google para los Mercados Emergentes, Doron Avni, y su gerente de Políticas Públicas y Relaciones Gubernamentales, Ana Clara Segura de Azevedo, así como el director de Google en Brasil, Marcelo Lacerda.
El encuentro se produjo dos semanas después de que, tras varias denuncias de usuarios, Google retirara de su tienda virtual una aplicación por la que el usuario podía simular ser un propietario de esclavos y escoger entre la posibilidad de ganar dinero con su venta, impedir fugas y rebeliones, torturarlos o castigarlos.
La aplicación estuvo disponible en la plataforma cerca de un mes y sólo fue retirada a finales de mayo, luego de que la Fiscalía brasileña abriera una investigación por las denuncias sobre apología a la esclavitud y racismo presentadas por varios usuarios.