LONDRES. AFP. El primer ministro británico, Gordon Brown, descartó ayer dimitir pese a la crisis política generada por el escándalo de los gastos abusivos de varios diputados, que hundió al Partido Laborista en las encuestas de cara a las elecciones locales y europeas. Brown dijo que los gastos abusivos de algunos diputados y ministros eran «atroces» y que «ofenden todo en lo que creo» y prometió que cada diputado tendrá que rendir cuentas de sus gastos de los últimos cuatro años. Un total de 13 diputados laboristas y del principal partido en la oposición, el Partido Conservador, han anunciado su renuncia desde que estalló el escándalo.