¡Gracias del alma… a todos!

¡Gracias del alma… a todos!

Es tradición de vieja data despedir el año formulando votos por la salud y el bienestar de familiares y amigos.

Es costumbre de antaño recibir el Año Nuevo con las 12 uvas de la suerte, parabienes y súplicas de un mejor país, paz y progreso colectivos.

En nuestro caso, lo haremos a través de estas páginas, agradeciéndoles su amable lectura durante los días transcurridos de este 2008 que ya concluye.

A modo de reflexión, aprovecharé para compartir con ustedes unos puntos de vista.

Por una cuestión de responsabilidad social, en este período que finaliza advertí las consecuencias que tendrían para los dominicanos la estrepitosa caída de la economía estadounidense y, por vía de consecuencia, los efectos devastadores que ha tenido en las naciones europeas. No había tal blindaje.

No obstante, he dejado claro testimonio de que República Dominicana sabrá encarar – como lo ha hecho en otras duras pruebas – las dificultades que se presenten.

He repetido que somos una nación privilegiada, dotada de excelentes recursos naturales y una posición geográfica envidiable.

Y he endosado mi confianza en que con trabajo, fe y perseverancia, venceremos los escollos que puedan desalentarnos.

Si quienes conducen el Estado reorientan sus decisiones, y nos regalan la oportunidad de ver un país institucionalizado, en el que predominen los valores éticos y morales sobre las ambiciones personales, habremos alcanzado la gloria.

Mientras llega ese anhelado estadio de esperanzas, y de una nación posible, aprovecho para desearles:

¡Feliz año 2009 a todos! 

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