Graffiti, ¿agresión o arte?

Graffiti, ¿agresión o arte?

Efe / Reportajes.- Los graffiti nacieron en Nueva York hace ya más de cuarenta años y pronto comenzaron a imitarse en otros lugares del planeta. El debate sobre si constituye una forma de arte o una agresión vandálica contra el mobiliario urbano sigue abierto. Algunos graffiteros se han convertido en artistas con caché mientras que otros son perseguidos por las autoridades por transgredir las normas de convivencia y atentar contra los intereses públicos y privados.

La mayoría de los estudiosos coinciden en que el graffiti, tal como lo conocemos hoy, nació a finales de los años 60 en Nueva York en el seno de grupos de jóvenes aficionados a la música rap y hip-hop. Fue un movimiento puramente contracultural más pero rápidamente se extendió como mancha de aceite por otros lugares del planeta. En ciertos foros de internet, los graffiti (del griego graphein, pintar) son definidos como “obras de arte plasmadas en cualquier lugar menos en un lienzo”. En la Antigüedad, los seres humanos también estampaban sus firmas con ánimo de dejar un testimonio indeleble para la posteridad aunque usaban otros instrumentos. En las columnas de algunos templos egipcios se observan inscripciones realizadas con punzón y en las paredes de algunas casas de Pompeya, la ciudad del Imperio Romano arrasada por el volcán Vesubio, se han descubierto “pintadas” críticas u obscenas de ciudadanos anónimos. Un mensajero de origen griego, de nombre Demetrius, es el precursor de este movimiento.    

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Arte solo de calle

 La feria de arte española ARCO acogió en 2006 a los graffiteros, aunque algunos de estos artistas urbanos, como el español NANO4814, tienen claro que este tipo de manifestación derivada del spray y el rotulador solo se puede hacer en la calle. En ARCO se exhibieron, entre otras, las creaciones de Nuria y el Tono (NYT), dos artistas madrileños, del barrio de Lavapiés, donde siempre han dejado marcada su crítica con potentes símbolos aunque aseguran haber dejado ya el spray para trabajar con pintura plástica. Se pudo ver también en la muestra parte de la obra de Camila Rose García, una artista californiana de origen mexicano convertida en leyenda urbana en Los Angeles con sus pinturas murales de princesas y piratas con problemas, representando un universo gótico enmarcado en el mundo de la droga, la oscuridad y la angustia, aunque con final feliz. Asimismo se exhibieron creaciones de Becca, una artista nacida en una de las zonas marginales de la misma ciudad californiana, donde sigue viviendo y desde donde contempla todos los problemas derivados de la imposibilidad de acceder a la educación o la falta de trabajo.

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