ALTAMIRA, PUERTO PLATA. El comercio cerró sus puertas, todo el pueblo de Altamira se dio cita para dar el último adiós a Mima.
Así llamaban en la comunidad a doña Adriana Morales, la madre de los lanzadores de béisbol Bartolo y José Colón, son también deudos su esposo Miguel Colón, y sus hijas Miguelina, Josefina, Eunice, María y Charo Colón.
Doña Adriana fue definida por su hijo Bartolo Colón, estrella de las Grandes Ligas con los Mets de New York, como «El ser más especial en mi vida, porque era capaz de darme amor, alegría, y especialmente porque me hacia reír mucho»
«Jamás te olvidaré y estará conmigo siempre», apuntó Bartolo, que no tuvo la fortaleza para leer, haciéndolo una de sus hermanas durante la misa de cuerpo presente.
El velatorio la dama en el club del Estadio de Copey construido por Bartolo, y su posterior sepultura en el Cementerio Municipal de Altamira sacó a relucir que además de un tronco sólido de la familia Colón-Morales, era una líder comunitaria, un ser respetado y querido.
Era solidaria, una mujer valorada y querida y por todos los que la conocieron, y que durante sus honras fúnebres no dejaron de reconocerlo.
El recorrido del nutrido grupo de munícipes que acompañó a la Madre de Colon caminó a pie desde el Copey hasta Altamira, lo que provocó un enorme entaponamiento vehicular en la carretera que une la comunidad con Puerto Plata.
Su muerte, producto de un acelerado cáncer de mama, se convirtió en una profunda pena para toda la comunidad
Doña Adriana falleció el pasado lunes por la tarde en la clínica Corominas donde fue internada el viernes en el área de intensivo, donde pese a las atenciones falleció a la edad de 63 años.
Ayer fue imposible saber cuándo Bartolo Colón regresará a los Estados Unidos a continuar con su carrera de beisbolista ya que se encontraba en medio de una gran tristeza por la muerte del ser querido.
Colón se convirtió recientemente en el tercer dominicano en ganar 200 partidos en Grandes Ligas.