El Almirante, un sector de Santo Domingo Este donde habitan 65,000 personas, tiene un pequeño hospital de apenas 24 camas y una población pobre con alta demanda de salud.

La estructura física no ha recibido mantenimiento desde hace casi 11 años, cuando fue inaugurada por el entonces presidente Leonel Fernández Reyna.

Aunque los moradores de esta comunidad tienen relativamente cerca  los hospitales Darío Contreras y el traumatológico Ney Arias Lora, las personas tienen preferencia por chequearse en ese centro.

Una población que recibe servicios casi apiñada, y médicos que intentan dar lo mejor de ellos mismos, son sólo dos aspectos relevantes en un centro que tiene dos meses de atraso en su subvención.

Un director atento recibe a pacientes con los más variados problemas de salud. En la puerta, los pacientes guardan celosamente sus turnos, para que nadie se les cuele.

La subvención de este centro de salud es de RD$400,000 cada mes, pero los dos meses de subvención atrasadas complican todo el accionar del centro. Deben dinero a sus suplidores.

Segundo nivel.  Se trata de un centro de segundo nivel, explica el director de este hospital, doctor Aracelis Cruz, quien asegura que todas las complicaciones de embarazos son referidas a las maternidades de Santo Domingo.

Se trata de una comunidad pobre, en la que la mayoría de sus moradores viven del trabajo informal. Eso convierte a sus moradores en personas con poca capacidad de pago, reconoce  el administrador del centro, quien insiste que es necesario invertir más en la educación de la ciudadanía.

“La gente viene con un dolor de vientre o de cabeza y ellos mismos piden que se les inyecte. Eso es un uso inadecuado e incorrecto de la medicación, además de un mal gasto”, dijo el  administrador, Francisco Bartolomé Núñez..