Como se trata, por razones obvias, de su fase secreta, no es posible saber por dónde anda la investigación que inició la Procuraduría General de la República del acuerdo que dejó en libertad al comerciante Yasmir Oscar Fernández (Ray) para que pudiera asesinar de tres balazos a su expareja, la joven abogada Anibel González, ni tampoco si llegará hasta donde sea necesario llegar, en su búsqueda de la verdad, una institución que enfrenta el reto de investigarse a sí misma sin destruir la poca confianza que todavía inspira en los ciudadanos. Por suerte, y para beneficio de esa misma verdad, el trabajo conjunto de las periodistas Edith Febles y Nuria Piera confirmó lo que mucha gente ya sospechaba; que la firma de la víctima en el famoso acuerdo de pena abreviada es falsa, por lo que su perpetrador o perpetradora incurrió en el delito de falsedad en escritura pública según los abogados que han opinado sobre el caso. Eso debería darle un giro distinto a la investigación de la Procuraduría, que por mas vueltas que dé tratando de escurrir el bulto tendrá que llegar a la misma conclusión y actuar en consecuencia por la vía penal. Porque ese es, precisamente, el principal “problema” de quienes realizan esas pesquisas: el trabajo tenaz, acucioso y sin concesiones de esas dos periodistas, que nos ha permitido seguir paso a paso el doloroso y angustiante calvario que vivió Anibel González desde que empezó a ser víctima de los maltratos y agresiones de su verdugo hasta sus inútiles y desesperados esfuerzos por conseguir que el Ministerio Público le ofreciera protección, les ha dejado con muy poco margen para ocultar, retorcer o maquillar lo que verdaderamente ocurrió y quiénes son los responsables. Aunque después de todo lo que hemos visto y oído deberíamos estar preparados para lo peor, con lo que se provocaría mas daño aún a una institución cuya credibilidad se encuentra en su punto mas bajo en mucho mucho tiempo.