POR SORANGE BATISTA
NIZAO.- Las actividades en las granceras estaban paralizadas en el día de ayer, cuando entró en vigor la resolución 16-07 de la Secretaría de Medio Ambiente que ordena el cierre definitivo de las actividades de extracción a menos de 150 metros de los cauces y riberas de los ríos de todo el país.

Sin embargo, empleados de las granceras aseguran que aunque existe una disposición oficial para suspender las operaciones, ya la tormenta Noel se había encargado de paralizar los trabajos, por los daños ocasionados a los equipos, materiales e infraestructura.

“Dios hizo lo que el Gobierno tenía mucho tiempo por hacer”, expresó Juan Torres, gerente de producción de Canteras del Trópico, al referirse a los embates del fenómeno que afectó al país el 28 de octubre pasado.

Explicó que buscarán otro lugar donde ubicarse para seguir trabajando, porque los daños no les permitirán seguir operando en Pizarrete.

Dijo que la disposición no les afecta porque no  extraen agregados de los acuíferos.

Admite que la grancera que explotan tiene zonas del río ocupadas, pero que la adquirieron con el área de la planta y otra estructura en el cause del Nizao que con los aguaceros de la tormenta arrasó con materiales tratados, planta, un camión y parte del terreno.

Lo mismo ocurrió en Agregados Consolidados Servicortes. Dos guardianes protegían la desolada área donde, según los centinelas, las actividades fueron suspendidas primero por los daños de la tormenta y segundo por la prohibición oficial dispuesta por Medio Ambiente.

“Aquí el río se llevó una oficina de dos niveles, dos plantas eléctricas, dos camiones y muchísimo material”, dijo uno de los señores que rehusó decir su nombre.

En el área de extracción recorrida también estaban fuera de operación las empresas Sucesión Guzmán, Mon Braca y Roberto Guzmán.

Algunas, como Grupo Modesto y Canteras del Trópico venden el material que tenían en reserva.

PATRULLAJE

Aunque durante el recorrido realizado por HOY no se pudieron observar, Carlos Rosario, empleado de una de las granceras, asegura que a tempranas horas ya había militares  vigilando el área de extracción.

  Explicó que con el paso de la tormenta se cubrieron muchas ‘furnias’ que habían sido abiertas por las granceras.

Agregó que la crecida del Nizao también recuperó material que le habían extraído. “Parece que el río fue y buscó lo que le habían quitado”.