Grandes “Momentos” en el Taller Público Silvano Lora

Grandes “Momentos” en el Taller Público Silvano Lora

En el arte dominicano no hubo nadie tan coherente como Silvano Lora. En más de medio siglo de preocupaciones -siempre preocupación fue para él sinónimo de producción y entrega-, el artista socialmente más comprometido de la República Dominicana convirtió una obra polifacética en metáfora de la denuncia y de la lucha. Pinturas, dibujos, gráfica, objetos, performances, instalaciones, ensamblajes, collages, técnicas mixtas -una lista impresionante de medias- no dejaron de perseguir la injusticia, la explotación y la represión, en el tiempo y en el espacio. Ese máximo creador, criollo e internacional, no descansó jamás hasta la hora de su muerte… a la que él combatió con el mismo coraje.

Los artistas jamás desaparecen, y sus obras les confieren la inmortalidad. Silvano, a quien evocamos tan frecuentemente, ha legado a la humanidad un caudal cada vez más apreciado, no solamente por las causas que abrazó, sino por un valor artístico formidable. A medida que los años pasan y que el mundo evoluciona tan mal, sus acciones pictóricas han ido cobrando más fuerza. La Fundación Silvano Lora, que encabezan Mariana y Quisqueya con admirable fervor y energía, no sólo custodia la obra inmensa de un trabajador encarnizado, sino mantiene el “Taller público Silvano Lora, al servicio de la cultura popular”, razón social de la institución y su sede en la calle Arzobispo Meriño.

Actualmente, esa casona que la alberga –fehaciente de la tradición secular que Silvano también dominaba culturalmente, pero enfrentaba como colonización- presenta una muy importante exposición, “MOMENTOS, Antología de la obra gráfica de Silvano Lora”, conmemorando los 80 años del maestro -nadie más que él merece ese título… pese a que no le agradaba-. Ahora bien, fuera del contexto de este evento, se debe mencionar otro “momento”, esperado y excepcional: aprovechando la ceremonia de la apertura de la Bienal,  el Ministerio de Cultura ha hecho entrega de la suma de dos millones de pesos a la Fundación Taller Silvano Lora, la hizo  José Rafael Lantigua a Marianne de Lora. Este acto de justicia va a permitir que  cuadros de Silvano vayan al Museo de Arte Moderno y aliviará las dificultades, sino de supervivencia, de  desarrollo de programas comunitarios, conformes al espíritu y la voluntad del artista.

La exposición.  Son dibujos, gouaches, tintas, grabados, estudios, bocetos, en blanco y negro y a color. En pocas palabras, es puro Silvano, a quien poco le importaban categorías y materiales, que transformaba un alambre de puas en el hambre y el sufrimiento del mundo. La verdad es que hacemos poca diferencia entre un cuadro de (con) textura casi clásica o  un croquis apresurado… Silvano Lora, uno de los mayores pintores latinoamericanos modernos y ya contemporáneo, mostraba  una increíble virtuosidad, duplicada por el contenido emocional e ideológico, a partir de simples trazos…  Por otra parte, si lo pensamos bien -y “Momentos” lo confirma repetidamente-, cuando afirmamos el dominio del clasicismo por Silvano Lora, tal vez ninguno de nuestros pintores de hoy trató con igual definición los grandes géneros tradicionales: bodegón, paisaje, retrato. 

Su bodegón representa las sempiternas carencias de la pobreza, con el plato vacío y metáforas de cosas incomibles… Sus paisajes, tal vez el género que él más practicó, alían la paleta cálida y solar del trópico con el incendio de la guerra, la sangre de la masacre, los rayos de la fulminación. Bien dice Danilo de los Santos: “Un puñado de tierra multiplicada en muchos asuntos nos permite reconocer el hilo conductor en sus causas motivacionales y resultados plásticos”. El retrato, aquí vemos múltiples versiones de Sandino, fue igualmente una temática favorita… pero lo preferimos anónimo a la representación de personajes ilustres, que a veces nos parecen una concesión voluntaria y consciente de Silvano a un realismo en boga en ciertos sistemas político-culturales, y que felizmente no encontramos en la obra crítica, antagónica y condenatoria.

No subestimemos que el artista Silvano Lora, poeta e incomparable gestor visual, fue un ser de ideología pura y dura, vertiente de su personalidad que sustentó una magna creación. Reafirmamos pues que Silvano Lora ha aprovechado las oportunidades temáticas para fustigar la opresión de los débiles por los poderosos. Y ese mismo clamor de protesta, llevado al fuero dominicano, él lo ha lanzado, a través de la obra gráfica, en un rechazo obsesivo de la miseria, de los abusos, de la tortura.

Agredecemos infinitamente al Taller público Silvano Lora, estos “Momentos” privilegiados, sus exposiciones anteriores y futuras, sin olvidar los eventos  artísticos, educativos y culturales, que una Fundación, sin par en el arte, ofrece y ofrecerá a la comunidad dominicana.

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Una trayectoria incomparable

Sería imposible detenerse en  cada etapa geográfica de la trayectoria creadora de Silvano Lora. No cabría preguntarse dónde él trabajó, militó y expuso, ¡sino adonde no lo hizó!  Occidente y Oriente, cinco continentes, decenas de países llevaron las huellas de un artista tenaz y perseverante, que siempre logró ir legalmente a todas partes del mundo. En cada lugar de residencia, fuese esa muy breve, él se integró a la cotidianidad, a la cultura, al medio local, sin variar su íntima convicción política de hombre de izquierda, de defensor de los marginados, de revolucionario al fin.

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