WASHINGTON. AP. A sólo tres meses de que los estadounidenses sin seguro médico puedan contratar uno, grandes incógnitas se ciernen sobre la reforma de salud del presidente Barack Obama. El sorpresivo anuncio en estos últimos días en el sentido de que la Casa Blanca está retrasando el requisito de que muchas empresas ofrezcan seguro médico a sus empleados planteó dudas sobre otras partes importantes de la reforma, la mayor expansión de la red de seguro médico desde el Medicare de hace casi 50 años. Una demora puede no importar mucho al final.
Los estadounidenses juzgarán la reforma de Obama en tres grandes aspectos: primas, variedad de elección y la experiencia general del consumidor. Por ahora, sólo hay respuestas parciales.
La Economía elemental indica que las primas quizá sean más altas de lo que muchas personas pagan ahora por pólizas individuales. Las nuevas políticas proporcionan mejores prestaciones, y a partir del año próximo, las aseguradoras no podrán rechazar a los enfermos.
En lo que se refiere a la variedad de elección, el plan de Obama seguramente no ofrecerá las decenas de alternativas que tienen ahora los adultos mayores con el Medicare, pero el hecho de que haya pocas opciones no necesariamente es un paso atrás, porque en la mayoría de los estados el mercado del seguro de salud individual está dominado por una sola compañía de seguros.
La experiencia de los consumidores de contratar un seguro por internet sigue siendo la mayor incógnita y un riesgo.
Escuadrones de expertos en tecnología empleados federales y estatales, aseguradoras y contratistas están tratando de fusionar los sistemas informáticos del gobierno y los privados en formas nunca exploradas.