Grandes simios «se adueñan» de París

Grandes simios «se adueñan» de París

París. Orangutanes, gorilas y chimpancés, los llamados “grandes simios” con los que el ser humano comparte hasta un 98 por ciento del código genético, protagonizan una exposición inaugurada hoy en el Museo Nacional de Historia Natural de París que analiza sus modos de vida y alerta sobre su frágil porvenir.

Concentrados en los bosques tropicales de África y del sudeste asiático, y con una esperanza de vida de 40 años para los gorilas y 50 para chimpancés y orangutanes, son nuestros semejantes más cercanos en el mundo de las bestias.

Poseen un cerebro relativamente voluminoso que les ha permitido desarrollar sorprendentes capacidades de comunicación y aprendizaje, como servirse de ciertas plantas por sus cualidades curativas.

“El 20 por ciento de las plantas utilizadas por los chimpancés también las usa el hombre en la medicina tradicional”, como hojas para combatir el paludismo o para desinfectar heridas, explica Sabrina Krief, una de las comisarias de la muestra, que puede visitarse hasta marzo de 2016.   Esos grandes monos con mirada casi humana son también capaces de servirse de una rama para extraer suculentas hormigas y termitas de sus refugios o para procurarse una merienda a base de miel o de fabricarse un yunque y un martillo con piedra para emplearlo como cascanueces.

A la hora de comunicarse, los chimpancés disponen de una gama de chorros de voz según el interlocutor esté a corta, media o larga distancia, que completan con mímica, gestos, golpes en el pecho y en el suelo o repiqueteos de raíces. De esa forma son capaces de distinguir entre señales de alerta, de agresión o de localización.

Aunque su tamaño, su hábitat y sus comportamientos sociales difieren -de las manadas de hasta 200 chimpancés a la solitaria vida del orangután-, mantienen una serie de características comunes como la de ser los únicos primates sin cola que existen.   La exposición, que no incluye ningún espécimen vivo y se sirve de vídeos, esculturas y animales disecados, arranca con una introducción a la morfología de los especímenes.   Avanza sobre su descubrimiento por el mundo occidental en el siglo XVIII y explora después su forma de convivir, alimentarse, dormir o reproducirse.

El final de la muestra, que invita a los visitantes a contribuir económicamente para ayudar en la conservación de esos grandes primates, da cuenta de los peligros que acechan a esos animales con pulgar oponible y espalda peluda.

Entre ellos, la deforestación de los bosques tropicales, las trampas colocadas en la selva, la caza furtiva o el contagio de enfermedades que también afectan a los seres humanos, como el ébola.   “Todas las especies de grandes simios están amenazadas”, alertan los comisarios de la muestra, con evidente carácter conservacionista, en base a los datos proporcionados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

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