Grasas y Corazón. ¿Comer o no comer?

Grasas y Corazón. ¿Comer o no comer?

Las grasas forman parte de los tres macronutrientes indispensables en la dieta del ser humano: grasas, proteínas e hidratos de carbono. Nos aportan energía, forman parte estructural de nuestras células y representan materia prima para la formación de hormonas y vitaminas.

Hace varias décadas se estudia la relación existente entre las grasas y la ocurrencia de enfermedades cardiovasculares. A raíz de las mismas surgen las guías alimentarias de varios países que recomiendan que las grasas consumidas diariamente deben representar menos de un 30% de las calorías totales y de estas menos de un 10% deben ser grasas saturadas o de origen animal.

Múltiples investigaciones muestran que en temas de prevención lo más importante es el tipo de grasa consumida. La grasa que realmente se ha asociado a enfermedad cardiovascular es la grasa saturada, presente en carnes, embutidos grasos, ciertos alimentos procesados, aceite de coco y aceite de palma, estas últimas únicas grasas saturadas de origen vegetal.

En el año 1970 el Dr. Ancel Keys realizó un estudio en 7 países donde se evidenció que los países del mediterráneo tenían menos enfermedad y muerte cardiovascular que Estados Unidos. Qué había de diferencia entre la dieta del mediterráneo y la dieta occidental?. Pues el tipo de grasa consumida y otros aspectos del estilo de vida. Este hallazgo se corroboró en el año 2013 cuando se publicaron los resultados de un estudio realizado en España llamado PREDIMED. Este incluyó más de 7 mil pacientes y fueron seguidos a más de 6 años. Qué encontraron? Los pacientes que enriquecieron su dieta con aceite de oliva o con una porción de 30 gramos de frutos secos mixtos (nueces, almendras y avellanas) diariamente, tuvieron menos eventos cardiovasculares como Infarto agudo al miocardio o accidente cerebral vascular, así como menor mortalidad, que aquellos que simplemente llevaron una dieta baja de grasas. Investigaciones posteriores y más recientes, replican estos resultados e indican que cuando sustituimos las grasas de origen animal de nuestra dieta por grasas llamadas monoinsatauradas y poliinsaturadas como: aceite de oliva, aguacate, frutos secos y grasas omega 3 presentes en el pescado se reducen los eventos cardiovasculares.

Por lo tanto, observa que el tipo de grasa que consumas sea la correcta y hazlo en cantidades moderadas, sobretodo si estas cuidando tu peso. Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a: sodonuclim@gmail.com / @sodonuclim.

Más leídas