Grave responsabilidad

Grave responsabilidad

RAFAEL TORIBIO
El cuestionamiento que se le formula a los partidos políticos por la forma deficiente que desempeñan las importantes funciones que se les asignan en el sistema político, manifestado en la falta de confianza y credibilidad que se reflejan en todas las encuestas, ha dado lugar a la llamada crisis de los partidos políticos.

En la casi totalidad de los países de América Latina los partidos políticos atraviesan por algún tipo de dificultad, que muchos consideran simples consecuencias de acomodamientos a cambios ocurridos en la sociedad y en el sistema político que los afectan. Para otros, sin embargo, esas dificultades se han profundizado a tal punto que han dando lugar a reales crisis de los partidos políticos, hasta el caso de haberse producido en algunos países el colapso del sistema de partidos que existía. Cuando esto ha sucedido, y tenemos algunos ejemplos en la región, aparecen los problemas de estabilidad y gobernabilidad y las oportunidades para los “out siders” que, con un discurso antipartidos, quieren llegar al poder.

Algo interesante a señalar es que cuando han colapsado los partidos son sustituidos por organizaciones provenientes de la sociedad civil, que terminan convertidos en partidos políticos. Esto nos pone de manifiesto que, en todo caso, la crisis de los partidos políticos es “funcional” y no “institucional”. Es decir, la crisis es producida por el desempeño deficiente de sus funciones, no porque la institución partido tenga que ser sustituida por otro tipo de organización. Otros partidos sustituyen a los que fracasan.

Pese a los cuestionamientos que se les formulan a los partidos políticos, estudios recientes confirman que el sistema político dominicano es estable, uno de los más estables de todo el continente, aunque algunos partidos políticos en particular hayan experimentado alguna crisis. Desde 1973 tres partidos tienen el monopolio de cerca del 90% de la votación en cada elección y se experimenta una alta votación a pesar de las críticas a los partidos. Por otro lado, los emergentes tienen muchos años siéndolo, la izquierda permanece tremendamente fragmentada y toda iniciativa de una “tercera vía” ha quedado en el intento.

Pero sin crisis de partidos hemos tenido partidos en crisis. El PRD ha terminado dividido y con diferencias profundas entre su liderazgo. La selección de la candidatura para las elecciones presidenciales próximas presagia que las dificultades continuarán. El PRSC también se ha dividido y el PLD continúa atrayéndose a algunos de sus dirigentes y militantes. Por su parte, la mayoría de los emergentes han preferido la alianza con algún mayoritario que le asegure la supervivencia y algunos cargos en la administración pública.

Para algunos analistas, la fundación del PLD y su posterior consolidación como uno de los tres partidos mayoritarios, hasta reafirmarse como el principal con el triunfo arrollador en las pasadas elecciones, había postergado que las dificultades que afectan a algunos de los partidos del sistema terminaran en una crisis de los partidos. Desde su aparición en el 1973 y encarnar una diferencia cualitativa frente a los demás partidos, el PLD representó una esperanza en relación a la forma de concebir la política y ejercer el poder. Su consolidación como uno de los tres partidos mayoritarios era una posibilidad de renovación en el sistema o, al menos, una referencia de posible alternativa.

Sin embargo, la forma que escogió para llegar al poder en 1996, mediante un pacto con el Partido Reformista, pero especialmente con el doctor Balaguer, evidenció que había aceptado la máxima política de que “el fin justifica los medios”, con todo lo que eso implica. En el ejercicio del poder se ha parecido a los demás partidos, reconociendo que no son iguales. Pero ahora inicia un proceso que siguieron los otros dos mayoritarios que los condujo a la crisis por la que atraviesan.

En estos momentos el PLD tiene una gran responsabilidad: evitar que la crisis postergada de los partidos se haga presente, o precipitarla. El manejo de la lucha interna que se ha iniciado por la candidatura presidencial y la forma en que termine el gobierno representan esa oportunidad. Un descalabro del gobierno hará que este gobierno termine como terminaron el de los otros dos partidos cuando gobernaron y una crisis interna por la candidatura a la Presidencia de la República hará del PLD un partido igual a los mayoritarios restantes respecto a la las luchas internas que los dividió. Si el partido que la representaba ya no es alternativa ¿Hacia dónde mirará entonces el electorado en las próxima elecciones?

rtoribio@intec.edu.do

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