ATENAS. AP.  Los disturbios provocados por las medidas de austeridad dejaron tres muertos en un banco incendiado y nubes de gases lacrimógenos en torno al parlamento ayer, en un estallido de furia que puso de manifiesto las dificultades que enfrenta Grecia para aplicar los recortes exigidos por un paquete de ayuda internacional.

 El miedo a que el rescate no impida que la crisis de deuda se extienda a otros países con problemas financieros, como Portugal y España se intensificó, cuando la agencia de calificación Moody’s advirtió de una posible degradación de la deuda portuguesa. 

El euro cayó por debajo de 1.29 dólares por primera vez en más de un año, ante temores de contagio de la deuda y de que los trastornos políticos le impidan a Grecia cumplir las condiciones del rescate.  Grecia afronta vencimientos de deuda el 19 de mayo y dice que no puede pagarlos sin ayuda. Los nuevos recortes del gobierno, que reducen sueldos y pensiones de los empleados públicos y elevan los impuestos, son la condición para que el Fondo Monetario Internacional y los otros 15 países de la eurozona desembolsen los primeros tramos de un paquete de ayuda por 110.000 millones de euros. 

Muchos griegos comprenden que los recortes son necesarios para alejar a su país, endeudado en 300.000 millones de euros, del borde del default, y la reacción hasta ahora había sido relativamente moderada para lo que es un país tan volátil. Pero al sentirse los primeros dolores de las medidas de austeridad, se produjo un desborde de furia.  Aunque las manifestaciones violentas son comunes en Grecia, generalmente se trata de choques entre jóvenes anarquistas y la policía, y raramente producen lesiones graves. Las tres muertes conmovieron a la opinión pública y podrían afectar las manifestaciones futuras.