Grecia en la Eurozona: estar o no estar

Grecia en la Eurozona: estar o no estar

Ciertamente, la semana recién concluida ha sido la más tensa en la actual etapa de pre – crisis, crisis o post – crisis que está viviendo el mundo, siendo difícil decir con certeza si estamos en la antesala de otra crisis, si esta es ya la crisis misma o si son los retortijones de la pasada crisis. No puede haber dudas a estas alturas de que estamos, quizás como nunca antes, delante una crisis del funcionamiento del sistema. Difícilmente, cuando se salga de la encrucijada, la economía sea la misma y funcione igual.

En Europa, principal escenario en estos momentos de la incertidumbre y las tensiones, van varios países que se han encontrado en situaciones críticas. Tales han sido los casos, no totalmente superados, de Irlanda, España, Portugal e Italia, pero hasta ahora ninguno había encrespado los nervios como lo ha hecho el caso griego. Todos estos países mencionados forman parte de la llamada “eurozona”, en referencia a las naciones integrantes de la Unión Europea que han adoptado el Euro como moneda común. Para llegar ahí las economías de cada uno de ellos han tenido que alcanzar determinados niveles en varios indicadores esenciales. Cumpliendo con esas medidas se entra a la eurozona, pero nunca se previó – porque no se pensó que podría surgir la posibilidad – cómo un integrante podría salir del sistema de moneda única. La pasada semana Grecia estuvo en el punto critico del dilema al punto de que el Presidente francés Sarkosy espetó: “Cumpla las reglas de la Eurozona o váyase”.

El conflicto surgió a partir del enorme monto que alcanzó la deuda griega y su incapacidad para enfrentarlo, para lo cual sus socios acordaron en octubre un Plan de Rescate por 178 mil millones y una importante reducción de su deuda pero atado a la condición, lógica por demás, de que tenía que emprender una política de ajuste y austeridad sustentada en buena medida en la contracción del gasto público que afectaría severamente a la población, lo que ya había caldeado los ánimos sociales.

Se había fijado un desembolso inmediato de 11 mil millones de dólares pero, en ese momento, el primer ministro griego anunció la celebración de un referéndum en diciembre para que el pueblo se pronunciase sobre el rescate y sus condiciones. Se abrió la caja de todos los demonios. El resto de Europa puso el grito más allá del cielo ya que eso mantendría la incertidumbre por más de un mes y dejaba abierta la posibilidad de que los griegos rechazasen el plan y varios países mas de la Eurozona colapsasen.

El gobierno griego no quiere renunciar al euro y las encuestas muestran que el 70% de la población tampoco quiere regresar a su vieja moneda, la dracma, pero no quiere asumir las irresponsabilidades de sus gobernantes. Finalmente se anunció la suspensión del referéndum. Recordando a Shakespeare, se puede decir que Grecia se encuentra ante el viejo dilema de “estar o no estar” que es lo mismo que “ser o no ser”. Como quiera That´s the question.

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