Grecia, sinceridad de nuestra economía y FMI

Grecia, sinceridad de nuestra economía y FMI

La Reserva Federal acaba de anunciar que investiga a Goldman Sachs y otras agencias por operaciones especulativas ligadas al endeudamiento en Grecia,  ocultándolas primero y cobrándolas después, poniendo en jaque la economía helénica.

El destape de esa caja de Pandora a meses del ascenso al poder de Yorgos Papandreu ha alejado posibilidades de  nuevas inversiones y préstamos a esa nación: dificultando su recuperación,   amenazando contagiar otras de la Comunidad Económica Europea y agriando debates internos sobre roles de la Comunidad frente a las del  Fondo  Monetario Internacional.

Ese mismo FMI acaba de emitir una declaración sobre nuestra economía que contiene términos eufemísticos como para justificarse o resarcirse ante omisiones y condescendencias incurridas al momento de concertar el acuerdo vigente con República Dominicana.

Tal es el caso del alto déficit fiscal. El acuerdo vigente alentó expansión del gasto, prescindiendo en que se gastaba y como se financiaba, en el nombre de la reactivación de una economía cuya desactivación no admiten las autoridades como lo demuestran cifras publicadas de crecimiento.

Al igual que seguir denunciando la caída de las recaudaciones en medio del pregonado crecimiento económico sin escudriñar en qué medida esta  inconsistencia pudo originarse en el excesivo endeudamiento a corto plazo cuyos títulos pueden  ser utilizados para el pago de impuestos.

 Tampoco se ponderó la evasión ya aprendida por los contribuyentes, luego de los temores propios de la implantación inicial, en torno a la excesiva y elevada tributación vigente; muchas contempladas en otros programas con el FMI.

Y el rasgado de vestiduras por el subsidio eléctrico después que el FMI apoyó a las autoridades en sobredimensionar la incidencia del fraude eléctrico a través de una ley, criminalizándolo y suministrando recursos para pagar deudas a generadores privados; encubriendo acciones para reducir el monto del subsidio por vía de la disminución de los costos de generación  de la energía comprada por el Estado a precios fijados en violación a leyes vigentes.

A la declaración del FMI pueden sumarse dictámenes de otras agencias similares a las que actuaron en Grecia.

Para que no suceda como en Grecia, se impone sincerar cifras y criterios, responsabilidad primaria que debe recaer sobre el Gobierno Nacional, no en entidades externas.

Para ello no hay otro camino que reducir el déficit fiscal constriñendo gastos, incluyendo el subsidio eléctrico por vía de bajar costos de generación; disminuir la evasión reduciendo impuestos y tasas; detener el  endeudamiento, sobre todo el pagado con tributos que merman recaudaciones en la medida que la deuda aumenta.

De lo contrario, podemos vernos en el espejo de Grecia.

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