A una pareja acusada de traficar con peloteros profesionales cubanos, a los que habrían introducido al país por la frontera con Haití se le dictó medida de coerción consistente en la colocación de un brazalete electrónico por seis meses.
De acuerdo al Ministerio Público Norvic Núñez y Mayra Grullón tenían una red dedicada a traer de forma ilegal a deportistas cubanos y cobrarle hasta el 50% del monto contratado con los equipos.

En octubre del 2015 la Procuraduría Especializada contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas solicitó varias autorizaciones judiciales para interceptar los teléfonos que la pareja usaba.

De acuerdo a la procuraduría, durante la escucha de las comunicaciones se determinó que estos orquestaban y financiaban viajes ilegales desde Cuba hacia Haití para luego atravesar la frontera con República Dominicana, y que ya lo habían hecho con al menos 10 jugadores profesionales de béisbol.

Los deportistas eran retenidos y trasladados a distintos puntos de Santo Domingo hasta que fueran firmados. En un allanamiento al domicilio de Núñez y Grullón se hallaron documentos dirigidos a un cónsul de Haití donde estos se ponían como garantes de ciudadanos cubanos para que les otorgara la visa.

El juez José Alejandro Vargas impuso además una garantía económica de un millón de pesos a cada uno y presentación periódica.