Gripe provechosa

Gripe provechosa

El negocio de venta de “vacunas” para la gripe o influenza (A, B, aviar, asiática, africana, etc.) estaba en recesión porque los científicos, que habitualmente no tienen compromisos más que con la ciencia, han establecido que las cepas o especies virales que provocan las gripes son muy mutantes o cambiantes y una vacuna desarrollada hoy para un virus, pasado mañana puede no servir ni para ese ni para ningún otro.

Algunas industrias farmacéuticas de Estados Unidos, Europa y Asia dicen estar cerca de desarrollar una vacuna contra la influenza porcina, pero, hasta hoy, no hay vacunas, sino sustancias antivirales o medicamentos para atacar al virus, no para prevenir o inmunizar contra la enfermedad.

En nuestro país, la gripe colaboró con el gobierno en la distracción política y en parte debilitó las protestas de los trabajadores de la salud por aumento salarial; se sumó al entretenimiento social de la reforma constitucional en el Congreso y hoy, aparte del escándalo que aflora por los negocios con el medicamento para tratarla, ya tenemos una muerte que desnuda las debilidades de nuestro sistema sanitario: embarazada adolescente, cardiópata y tuberculosa, símbolo de una deuda social acumulada, ya que todos sus padecimientos eran prevenibles o controlables, incluyendo la condición desencadenante fundamental que es la pobreza.

La gripe porcina ha dado al pueblo una dolorosa lección de política, comercio y salud pública, pero ha sido muy provechosa para algunos gobiernos, empresarios fabricantes o vendedores de mascarillas, antivirales y soluciones antisépticas que con los casos estacionales anuales de influenza ya no estaban ganando mucho. Quiera Dios que se detenga el brote y la alarma, para que nadie más se beneficie de ella.    

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