Gritería colectiva

Gritería colectiva

Con cambio o sin cambio del modelo económico vigente, aquí se impone una reforma fiscal antes de terminar el 2012 y hacerle efectiva en enero del 2013. También se impone una flexibilidad en el tipo de cambio. Y más aun después del incomprensible presupuesto complementario por RD$51,000 millones financiado con más endeudamiento, cuando debió dejarle esa decisión al nuevo gobierno.

Pero Leonel Fernández, pensando en su futuro político, quiere transparentar la deuda asumida con el Banco de Reservas para financiar obras preelectorales y ponerse al día con sus amigos contratistas. También quiere mantener el anclaje cambiario y la tarifa eléctrica congelada, para evitar apagones como ocurrió en la transición del año 2000, cuando apenas había luz 8 horas al día. La deuda con los generadores supera los US$500 millones y por eso hay apagones masivos.

El problema lo tendrá el nuevo gobierno, aunque gracias al tremendo déficit fiscal, el PLD sigue en el poder.

Por eso se oye el griterío de todos los sectores, asustados por lo que viene y proclamándose la salvación del país. Las zonas francas, exaltando su buen desempeño y pidiendo menos impuestos a las ventas locales. El turismo, preocupado por el cierre de unas 6 mil habitaciones en hoteles que quebraron en la zona norte y diciendo “déjenme tranquilo”. Lo mismo pasa con la agricultura, que reclama convertir en ley la exenciones que hoy disfrutan por disposiciones administrativas. Los industriales y exportadores dicen que no pueden ser competitivos por las cargas fiscales, cuando su verdadero problema es el anclaje cambiario. Y la cúpula empresarial soñando con una reforma fiscal integral, donde se impone la derogación de los impuestos parches a los activos de la banca y el aumento del ISR en junio del 2013, como establece la ley. Lo que nadie sabe realmente es de dónde provendrán los RD$60,000 millones que el gobierno necesita de ingresos adicionales. Un despelote total.

Lo peor es que esa reforma integral supone una fuerte reducción del gasto del gobierno. Y nos preguntamos ¿No será por ese gasto que el PLD ha logrado 4 triunfos electorales consecutivos mientras muchos se hicieron los locos cuando la oposición denunció el gran dispendio de recursos para financiar la campaña de Danilo Medina? Amigos, es hora de pagar su indiferencia.  

Otros quieren descubrir América y traen al país a Steve Forbes para que venda la idea de un sistema impositivo de tasa única. Eso podría ser viable dentro de 15 años, siempre que se desmonte gradualmente la estructura impositiva vigente, cargada de discrecionalidades, exoneraciones, selectivos al consumo y todo el régimen de excepciones (ley 392-07 de competitividad), incluyendo el ITBIS  a cientos de productos de primera necesidad. Igualmente, habría que resolver el problema de evasión fiscal en los negocios formales y la informalidad con que opera el 60% de los negocios.

Los países que han implementado ese impuesto de tasa única son mayormente aquellos que se desprendieron de la Unión Soviética y donde no existía un régimen fiscal definido.

La realidad es que hay que pagar el costo del derroche electoral. No hay escapatoria. Y sin importar su envoltura, el fisco deberá recaudar por lo menos RD$60,000 millones para evitar un default en el pago de la deuda en los próximos dos años.  Eso suponiendo que se respete el 4% a educación, la deuda pública no crezca, se cumpla con la ley de capitalización del Banco Central y que el gasto público se reduzca en unos RD$15,000 millones. Un alivio podría buscarse revisando la ley de capitalización para reducir el monto que se debe transferir el Banco Central.

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