Grupo Alfareros triunfa en Chavón

Grupo Alfareros triunfa en Chavón

El Grupo Alfareros ofreció una amplia muestra de calidad, consistencia y carisma al triunfar en su concierto A Chavón por ti, desarrollado con una producción bien diseñada y logrando, sobre todo, el hito histórico de un éxito sin precedentes para una agrupación musical de su tipo.

El concierto se inició pasadas las 9:00 de la noche del pasado sábado con una llovizna que los asistentes que llenaron casi todo el anfiteatro (quedaron pequeñas franjas a los lados sin ser ocupadas) tomaron como una bendición de Dios y comenzaron a bailar desde las primeras notas de un humorístico y rítmico merengue que cuenta de una conversación imaginaria con Judas (I Love Jesús), composición, como todas las otras canciones, de Junior Cabrera.

Los cuatro vocalistas de Alfareros pusieron el alma y el público la recogió en cada entrega musical: “Mira lo que hizo en mi”, “Te pido”, “Toma mis manos”, “Que no harán conmigo”, “Como un niño”, “Estoy aquí”, “Wititio-Watatao”, “El poder de Dios”, “No hay amor tan necesario”, “Corazón de barro”, “Te perdono”, “Que tu gracia”, “Dime”, “Signo de Cristo”, “Que lindo”, “La lírica”, “El pueblo que te ama” (Ha llegado el momento), “Palante”, “La relación” y la muy demandada a voz en cuello “Beepéame”.

Rítmicamente los Alfareros acompañados por una orquesta versátil, hizo un recorrido de ritmos que incluyó salsa, balada pop, merengue, son, raggaetón.

COSITAS Y COSOTAS

Si bien es cierto que no llenaron totalmente el anfiteatro de las piedras, la asistencia colmó en más de un 85% de la capacidad de aquella estructura.

El sistema de seguridad, fue desarrollado de forma conjunta entre los agentes del anfiteatro y el equipo de Alfareros operando a la perfección.

Fue una noche de bebidas suaves: agua y refrescos.

A pesar del entusiasmo que generaron los artistas y de la carga emotiva, nadie se desmayó. El equipo de la Defensa Civil informó que su camilla de madera para transportar a quienes se desmayaran, no fue usada.

Algunos asistentes no vinculados a la dinámica de la música católica, se sorprendieron por la cantidad de público que logró llevar y el entusiasmo, alegría y complicidad que se estableció la gran masa con los artistas.

Impresionantes los testimonios de los cinco vocalistas acerca de su encuentro con Jesús.

José Antonio Rodríguez estuvo tras bambalinas todo el tiempo y en algún momento se le hizo necesario tener una forma de comunicarse con los artistas, por la forma en que tuvo que pedir atención a sus instrucciones.

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