París. EFE. El terrorismo yihadista del Estado Islámico (EI) volvió a golpear ayer Francia, doce días después de la masacre de Niza, con el asesinato de un octogenario sacerdote en una iglesia de Normandía (noroeste) en la que dos hombres habían tomado seis rehenes. A las 09.25 hora local (07.25 GMT), dos individuos armados con cuchillos y con falsos artefactos explosivos irrumpieron en la iglesia de Saint Etienne du Rouvray, en Ruán, cuando se celebraba misa y se cerraron en ella con seis rehenes- el cura, dos fieles y tres monjas, una de las cuales, la hermana Danielle, logró huir rápidamente.
Después de matar a cuchilladas al párroco Jacques Hamel y de dejar malherido (aunque no se teme por su vida) a otro anciano también de 86 años, los dos terroristas salieron de la iglesia gritando “Alahu akbar” (Dios es el más grande) y fueron abatidos por la policía, relató el fiscal François Molins. Molins, que como responsable de la Fiscalía de París -la única de Francia con competencias en materia terrorista- dirige la investigación, señaló que esa acción ha sido reivindicada por el Estado Islámico (EI). La religiosa que consiguió huir explicó a la emisora “RMC” cómo los criminales ordenaron a los presentes agruparse en torno al altar, forzaron a Hamel a arrodillarse y cómo “allí comenzó el drama” cuando el sacerdote intentó defenderse . “Se grabaron en vídeo. Dieron una especie de sermón en torno al altar en árabe. Fue horroroso”, dijo Danielle. Se trata de la primera vez que un sacerdote es asesinado en Francia por terroristas, aunque en los últimos años se han frustrado varios planes de ataques sobre iglesias.