BILBAO, España  (AFP).- El mismo día en que se cumplían seis meses de la entrada en vigor de su “alto el fuego permanente”, ETA mostró ayer su determinación a seguir “con las armas en la mano” hasta la “independencia” del País Vasco, aunque sin renunciar al diálogo con el gobierno español.

“Confirmamos el compromiso de seguir luchando firmemente, con las armas en la mano, hasta conseguir la independencia y el socialismo del País Vasco”, afirmó ETA en un comunicado leído en la noche del sábado al domingo por tres encapuchados en un bosque de la provincia vasca de Guipúzcoa (norte de España).

“Tenemos la sangre preparada para darla por ella (la independencia). Lo conseguiremos”, añadió la organización en este comunicado leído ante más de un millar de participantes en un homenaje a los soldados vascos “caídos en todas las confrontaciones del pasado y del presente”.

Este anuncio de ETA no supone “una renuncia al alto el fuego permanente ni a las negociaciones con el gobierno español” dentro del proceso de paz, dijeron a la AFP personas que asistieron a este acto en el bosque de Arritxu Legi en la localidad de Oiartzun, donde los tres encapuchados también efectuaron siete disparos al aire.

El comunicado ha suscitado, no obstante, una rápida reacción de rechazo de la mayoría de las fuerzas políticas españolas.

“El fin de la violencia no tiene precio político”, reafirmó el domingo el jefe del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, durante un mitin en Cataluña (noreste).

Sin referirse directamente al comunicado de ETA, Zapatero añadió que “el Gobierno seguirá trabajando con firmeza para el fin de la violencia y la gran aspiración de paz de los ciudadanos vascos y españoles”.

ETA “no nos va a chantajear, ni a influir en el proceso de paz, ni mediante la violencia, ni mediante comunicados anacrónicos de encapuchados que pertenecen al pasado”, afirmó, por su parte, el coordinador general de la coalición Izquierda Unida (IU, pro-comunista), Gaspar Llamazares.

“La paz es la victoria de la democracia frente a la imposición de los proyectos políticos a través de la fuerza y el terror”, dijo Josu Jon Imaz, presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV, moderado), en el poder en el País Vasco.

En su último comunicado, publicado el 18 de agosto, ETA, autora de más de 800 asesinatos en 38 años de lucha armada, hablaba de una “situación de crisis evidente” del proceso de paz.

Este aparente endurecimiento del discurso de la organización separatista armada vasca poco antes de las negociaciones directas anunciadas por el gobierno español viene a poner un poco más de presión sobre un proceso de paz muy fragilizado.

Al final de su comunicado, ETA, cuyo último atentado mortal se remonta a mayo de 2003, indicó que “en este camino abierto nadie nos va a regalar nada, la oportunidad de conseguir la libertad de Euskal Herria está en el corazón y en las manos de cada uno”.

El recrudecimiento en el País Vasco de la violencia urbana (“kale borroka” – lanzamiento de cócteles molotov, buses incendiados, etc), atribuida a jóvenes radicales cercanos al entorno de ETA, ha tensado la situación desde finales de agosto.

El rotativo conservador ABC, citando fuentes “absolutamente fiables” había afirmado el viernes que el alto el fuego de ETA podría “replantearse” si el proceso de paz no registra avances significativos de aquí al 15 de octubre.

El Partido Popular (PP, derecha), principal de la oposición, y la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) aprovecharon este nuevo anuncio de ETA para criticar el domingo al gobierno y reafirmar que el único objetivo de la organización “terrorista” es obtener la independencia por las armas.