El Movimiento Integración Popular (Pormí) se une a los grupos que piden la renuncia del presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Mariano Germán y el procurador general Francisco Domínguez Brito, como parte de las acciones para sanear el sistema de justicia, que según estos se encuentra en estado crítico, debido a las denuncias de corrupción y prevaricación de jueces y fiscales.

Ángel María Bidó, presidente del movimiento asegura que ambos funcionarios, en las actuales circunstancias, si estuvieran en otro país habrían renunciado, sin embargo aquí, “a pesar de la crisis en las instituciones que dirigen, se mantienen aferrados a sus puestos”.

“El presidente de la Suprema, en el caso reciente de estos jueces se inhabilitó, porque comenzó a hablar de esa jueza, Awilda Reyes y la incriminó; la Constitución de la República prohibe que usted obligue a una persona a autoincriminarse; él violó eso y es el presidente”, dijo Bidó.

Afirma que Germán también conoce todos esos jueces y esas oficinas de abogados que están detrás de ese escándalo de corrupción, lo que lo constituye en cómplice por omisión o sumisión.

Sobre el procurador, Pormí lo considera ambivalente, y cree que siendo un alto dirigente del Partido de la Liberación Dominicana, éste no va a traicionar los principios de quien lo designó.

Pormí cree que los males de la justicia dominicana se deben precisamente a la injerencia de la clase política, que busca mantenerse inmune ante sus actos de corrupción.

“Siempre ha sido de interés de los distintos partidos y sus líderes gobernantes controlar los estamentos judiciales, con el propósito de salvaguardar sus intereses económicos, manejar disímiles e irregulares situaciones, obtener garantía de impunidad y no ser nunca acusados ni procesados, ni sentenciados por actos de corrupción pública”. Pormí, durante una rueda de prensa, dice que eso debe parar ya.

Por su lado, Integración Popular plantea convocar el Consejo de la Magistratura y nombrar jueces honrados e iniciar investigaciones ante los casos más sonados de corrupción, como el de la Oisoe; sobrevaluación plantas a carbón, la compra de los aviones tucanos y vinculación de senadores; la compra de solares por el Ministerio de Educación, entre otros.