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RIO DE JANEIRO.- El Grupo de Río resolvió asumir integralmente la crisis de Haití y lanzó una ofensiva para forzar a un diálogo amplio de todos los sectores políticos de ese país para comprometerlos con la reconstrucción y la institucionalidad democrática.

   La cuestión haitiana dominó la cumbre de dos días que el grupo realizó en esta ciudad. Algunos detalles de la reunión presidencial fueron recogidos en la Declaración de Río de Janeiro, que el viernes firmaron los 19 países miembros del grupo a través de sus jefes de estado o sus representantes.

   El grupo decidió avanzar con particular celeridad en el caso haitiano, considerado como una prueba fundamental de solidaridad para los países latinoamericanos.

   Mientras un emisario brasileño se encaminaba el viernes a Puerto Príncipe, estaban en curso gestiones para «mantener un canal abierto»» con el ex presidente Jean-Bertrand Aristide, dijo el canciller de Brasil, Celso Amorím.

BUSCA DIÁLOGO CON ARISTIDE

Brasil enviará un representante a Sudáfrica para conversar con el ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide, en el marco de las tentativas para apaciguar la tensión política en el país caribeño, dijo ayer una fuente diplomática.

   El presidente Luiz Inacio Lula da Silva reveló su intención de establecer contactos con Aristide, en la cumbre de mandatarios latinoamericanos del Grupo de Rio, en la ciudad de Rio de Janeiro, precisó la fuente, que pidió el anonimato.

 «La lógica sería decir a Aristide que puede estar tranquilo, que su organización será invitada a participar en el diálogo», añadió.

TOMAN CALLES GONAIVES

Los rebeldes que contribuyeron a derrocar al ex presidente haitiano Jean-Bertrand Aristide han tomado las calles de Gonaives (noroeste) ante la incapacidad de la Policía y la ONU de controlar a los partidarios del ex mandatario.

   «No vamos a esperar a que la MINUSTAH (Misión de la ONU para la Estabilización de Haití) pueda ofrecernos seguridad», dijo hoy a EFE Butter Metayer, uno de los ex rebeldes cuyo hermano fue asesinado por los seguidores de Aristide.

   Metayer confirmó que numerosas patrullas fuertemente armadas circulan día y noche por Gonaives para enfrentar a los partidarios de Aristide.

   Según Metayer, los partidarios de Aristide aterrorizan a la capital haitiana desde el 30 de septiembre, cuando comenzaron a exigir el regreso de su líder, exiliado ahora en Sudáfrica, con la quema de vehículos y disparos al aire, e incluso matando a policías.

REDOBLAR ESFUERZOS

La declaración final del Grupo pidió que «se concreten a tiempo los generosos ofrecimientos hechos en la Conferencia de Países Donantes en Washington»» y que las agencias de Naciones Unidas y la OEA redoblen sus esfuerzos para que la cooperación internacional con Haití se materialice con urgencia.

   Bajo coordinación del Banco Mundial en julio pasado se formó un grupo de donantes que en principio aportaría hasta 1.400 millones de dólares durante los próximos dos años.

   Las autoridades haitianas han dicho oficialmente que están dispuestas a dialogar, pero los grupos que siguen a Aristide se muestran renuentes.

   Fuentes próximas a uno de los presidentes reunidos en Río de Janeiro dijeron que si se consigue que los grupos de Aristide se incorporen al diálogo, aun sin su líder, se abrirían caminos para la reconciliación.

   La reconstrucción pasaba por el compromiso del Grupo de Río de aumentar el contingente militar y policial en la región hasta cubrir el mínimo requerido por las Naciones Unidas cuando se formó la misión pacificadora para Haití a principios de año.

   Ese total era superior a los 8.000 hombres, de los cuales 6.000 son del ejército. Después, al evaluar las reales necesidades de seguridad, se concluyó que el número sería inferior, pero aún así muy por encima de los 3.500 hombres que actualmente se encuentran en ese país.

   Un seminario a nivel técnico debía reunirse en los próximos días, por acuerdo de los presidentes del grupo, para definir metas y compromisos de la región y de los países dispuestos a participar en la reconstrucción y apoyo institucional.

   Chile anunció que el viernes estaba partiendo un barco con 100 vehículos livianos y 50.000 cuadernos, como contribución individual.

   Venezuela ofreció enviar de inmediato «cinco batallones»» de médicos, ingenieros y profesores, pero dentro de una política de largo alcance.