Grupo Vicini demanda compañía por película

Grupo Vicini demanda compañía por película

PUERTO PRINCIPE.   AP.  Un documental sobre las condiciones apremiantes de los trabajadores haitianos de la industria azucarera en República Dominicana provocó acaloradas manifestaciones y una demanda por difamación en el país caribeño donde fue filmado.

«El precio del azúcar», narrado por Paul Newman, sigue a un sacerdote católico que busca mejorar los salarios y las condiciones laborales para los haitianos que cortan y cargan cañas de azúcar en la provincia sudoriental de San Pedro de Macorís para una prominente compañía local, el Grupo Vicini.

La película, aclamada en varios festivales de cine estadounidenses, presenta un severo retrato de la vida de los inmigrantes en los campos de caña, algunos apenas niños, que trabajan por largas jornadas a cambio de una pequeña paga y en condiciones poco salubres y a veces peligrosas.

En los campamentos de inmigrantes, conocidos como bateyes, los haitianos en el documental son prácticamente prisioneros: guardias armados vigilan que no salgan del lugar y les confiscan sus documentos. Además se ven obligados a comprar comida a precios exagerados.

El Grupo Vicini, una de las compañías azucareras más grandes de República Dominicana, alega que el filme muestra un retrato falso de sus trabajadores y presentó una demanda por difamación en Massachusetts, casa de uno de los productores del documental, Bill Haney, buscando parar su exhibición además de una compensación no especificada por daños.

Los productores «afirman o insinúan repetida y falsamente en el filme que las condiciones de los trabajadores empleados por los Vicini son inhóspitas, deficientes e inseguras», dice la querella, agregando que los realizadores de la cinta «sabían que estas declaraciones eran falsas cuando crearon y distribuyeron la película».

El reverendo Christopher Hartley, un católico que aparece en el documental, dijo que éste mostraba con precisión la «miseria despótica» que pudo observar durante los nueve años que trabajó en San Pedro de Macorís. Dijo que la demanda es sólo un intento de censura e intimidación.

Las frases

Christopher Hartley

éste mostraba con precisión la «miseria despótica» que pudo observar durante los nueve años que trabajó en San Pedro de Macorís.

Los productores

Condiciones de los trabajadores de  los Vicini son inhóspitas.

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