POR GERMAN MARTE
La reingeniería que implementa el Grupo Vicini también contempla mejorar las condiciones de vida de los empleados del consorcio, incluidos los del sector cañero, donde se ha denunciado que los obreros viven en condiciones precarias.

Al participar como invitados en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio, los empresarios Felipe y Juan Vicini Lluberes, presidente y vicepresidente corporativo del Grupo Vicini, respectivamente, explicaron que el interés del consorcio económico que ahora encabezan es que todos sus empleados tengan una mayor participación en el crecimiento económico de sus empresas.

“Nosotros entendemos que cuando el país crece de manera dispareja no es sostenible. Eso lleva al caos social, problemas civiles”, expresó Juan Vicini.

Adujo que la única manera que el crecimiento económico es sostenible es cuando este va acompañado de una buena distribución de la riqueza.

En tanto que Felipe Vicini afirmó que en el caso de los trabajadores agrícolas y las denuncias que en su momento hizo el padre Christopher Hartley (quien fue “invitado” a dejar el país tras enfrentar al Grupo Vicini) lo que se proyecta en los medios de comunicación sobre el caso no necesariamente es la verdad. Invitó a los periodistas a visitar las comunidades cañeras de su propiedad para que vean cual es la verdadera situación. Añadió que muchas de las imágenes que se difundieron sobre las deplorables condiciones de las comunidades cañeras no corresponden al Consorcio Vicini, sino al Consejo Estatal del Azúcar (CEA).

Se refería a imágenes difundidas por la televisión en las cuales se ven los obreros desnutridos, en barracones insalubres, sin agua, sin escuelas y algunos hasta sin camas donde dormir. No obstante, Felipe Vicini reconoció que en las comunidades cañeras del Grupo hay problemas, pero aseguró que se están solucionando.

COMUNIDADES MODELO

Los 34 bateyes del Grupo Vicini serán reubicados en tres comunidades modelo que se comenzarán a construir en los próximos días, para lo cual han encargado al Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI).

Las comunidades modelos contarán con los servicios de agua, electricidad, facilidades para recrearse, escuelas, sin importar su nacionalidad, ni su estatus legal, en el caso de los inmigrantes (haitianos).

Asimismo, según Felipe Vicini, los servicios de salud están garantizados para todos los trabajadores, residentes o no, gracias a un acuerdo con ARS Universal.

“Cubrimos el costo, independientemente de que sean haitianos, españoles, legales o ilegales”, expresó.

Entretanto, Juan Vicini indicó que los problemas del sector cañero y las precariedades de sus trabajadores tienen un origen histórico, por lo que toda la pobreza que se observa en los bateyes es un reflejo de la realidad nacional, “la pobreza no es algo que se ve nada más en los bateyes azucareros, es algo que se ve en cualquier barrio de Santo Domingo o cualquier otra ciudad del país”.

Añadió que las condiciones de las comunidades bateyanas son deplorables, y precisó que cerca del 70% de sus residentes no son permanentes, sino que se van a otros lugares durante el “tiempo muerte”, lo cual dificulta el entrenamiento para mejorar las condiciones de vida y de trabajo.

Dijo que con los nuevos proyectos se procura tener comunidades que sean autosostenibles, que puedan mantener población estable durante todo el año, de modo que se facilite su participación en programas de capacitación.

Parte de los nuevos proyectos es la construcción de una escuela con una inversión superior a los RD$20 millones, en San Pedro de Macorís. También, la construcción de 180 viviendas, que servirán de Plan Piloto. Asimismo, se está contemplando otra comunidad con unas 300 viviendas, para de ese modo mejorar las condiciones de vida de las comunidades cañeras.

“BUENOS SALARIOS”

“Los salarios nuestros son iguales o mejores que los de cualquier otra industria azucarera de la República Dominicana, no estamos por debajo de nadie en ninguno de los renglones, desde el picador hasta el administrador”, explicó Campos De Moya.

A su vez, Felipe indicó que un picador de caña gana RD$106 por cada tonelada de caña que corte, y un picador promedio corta entre dos, dos y media a tres toneladas por día y hacen su trabajo a la hora que mejor les plazca, porque no hay horario fijo. Los obreros que retornan al año siguiente reciben un bono como incentivo.

Felipe Vicini explicó que estos incentivos procuran reducir la alta rotación del personal con lo cual han logrado incrementar la productividad de sus empleados, sobre todo de los extranjeros (haitianos) que vienen para el corte de la caña y luego se pasan a otro sector de la producción.

De acuerdo con Juan Vicini, un picador experto puede picar entre cinco y seis toneladas de caña cada día, es decir que ganaría diariamente entre RD$530 y RD$636 (entre RD$15,900 y RD$19,080 cada 30 días).

“Cinco o seis toneladas al día a RD$106 la tonelada le da a un picador un ingreso mayor que cualquier empleado de un banco”, manifestó Juan Vicini, vicepresidente corporativo del Grupo Vicini.

En tiempos remotos, según le relató su padre, mujeres que venían de Barbados cortaban hasta 10 toneladas al día.