Grupos de autodefensas México se resisten y se aferran a armas

Grupos de autodefensas México se resisten y se aferran a armas

APATZINGAN, MÉXICO. AP. Los grupos de civiles armados que desafían la autoridad del gobierno en el anárquico estado de Michoacán se aferraron ayer a sus armas, mientras las autoridades federales batallaban para controlar un monstruo que ayudaron a crear: milicias ciudadanas que surgieron entre los agricultores y recolectores de limones para combatir un cártel narcotraficante.

El secretario de Gobernación (ministro del Interior) Miguel Angel Osorio Chong instó el lunes a las autodefensas a abandonar las armas y volver a casa. Pero un nuevo acuerdo con estos grupos les dejó mantener su territorio y sus armas, incluyendo fusiles de asalto de alto calibre que bajo las leyes mexicanas solo pueden ser utilizados por los militares.

El hecho de que tuvieran esas armas se derivó de la tolerancia, quizá incluso el estímulo, de un movimiento que se extendió por la llamada Tierra Caliente de Michoacán en los últimos meses. Los ciudadanos han desafiado el dominio de un cártel de las drogas con ideología seudorreligiosa que las propias autoridades no han sido capaces de arrancar de raíz.

“Lo que se generó fue un Frankenstein. Se les salió de control”, dijo Erubiel Tirado, especialista en las relaciones entre civiles y militares de la Universidad Iberoamericana, en lo que calificó como una estrategia esquizofrénica que permite a la población civil hacer el “trabajo sucio” del gobierno.

El gobierno envió a sus fuerzas el lunes con la promesa de restaurar el orden, después de días de violentos enfrentamientos entre el cártel de los Caballeros Templarios y los grupos de autodefensa que avanzaban, pueblo por pueblo, hacia el centro agrícola de Apatzingán, considerado el bastión del cártel.

Sin embargo, muchos residentes simplemente se encogían de hombros ante la exhibición de fuerza. Ellos han visto ir y venir a las fuerzas federales desde que el gobierno anterior lanzó en 2006 una guerra contra los cárteles en Michoacán que no logró desbancarlos.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no quiere repetir la estrategia de ataque frontal de su predecesor Felipe Calderón. Sin reglas claras sobre el uso del ejército para cumplir funciones policiales, los soldados han sido lentos al momento de responder mientras el cártel ha seguido con sus actividades como si nada en Michoacán, incluyendo hacerse cargo de algunas exportaciones mineras a China, obligar a los civiles a manifestarse contra la policía y cobrar extorsiones sobre una amplia gama de actividades.

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