Grupos denuncian a la policía   Argentina por torturar presos

Grupos denuncian a la policía   Argentina por torturar presos

BUENOS AIRES. AP.  Organizaciones civiles denunciaron ayer que el impactante caso de torturas aparentemente aplicadas por policías a dos jóvenes detenidos en la provincia norteña de Salta es una práctica habitual en toda Argentina.  

Cinco policías fueron detenidos en la ciudad salteña de General Güemes después de que el jueves circularan en internet imágenes en las que aparecen sometiendo a vejámenes a dos jóvenes arrestados en la comisaría de esa localidad situada a 1.270 kilómetros al noroeste de Buenos Aires. El propio ministro de Seguridad de la provincia de Salta, Eduardo Sylvester, se encargó de denunciar a los agentes.

  “Esto es noticia porque alguien colgó el vídeo en internet. Si no hubieran existido esas imágenes esos dos muchachos hubieran sido parte del ejército de torturados en comisarías de los que nadie se preocupa y el caso no tendría repercusión social”, dijo a The Associated Press María del Carmen Verdú, titular de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI).   En el vídeo se ve a presuntos policías vestidos de civil y de uniforme torturando a dos jóvenes a los que interrogan mientras están semidesnudos, en plena época invernal, en el patio trasero de una comisaría de General Güemes.

 A uno le colocan una bolsa de plástico en la cabeza mientras que al otro le arrojan agua con un balde.   Las imágenes fueron captadas con un celular, sin que se sepa cuándo ocurrió el hecho ni quién las grabó y subió a internet.   “Esto es absolutamente cotidiano en todas las provincias argentinas”, señaló Verdú.

La clave

“Gatillo fácil”

Según Verdú, en Argentina se produce un asesinato diario por excesos como el “gatillo fácil” –el uso indiscriminado de arma de fuego por parte de la policía– torturas y otras modalidades practicadas por las distintas fuerzas de seguridad del país, incluidas las del servicio penitenciario.   “Desde que regresó la democracia (en 1983), la represión preventiva se cobró casi 3,400 vidas. En su mayoría eran jóvenes, pobres, y morochos (de piel oscura)”, señaló.

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