WASHINGTON,  (AFP) – Organizaciones de defensa de los derechos humanos denunciaron ayer lunes en el Congreso estadounidense la muerte desde 2004 en centros de detención de 62 inmigrantes, a menudo indocumentados, por falta del tratamiento médico que necesitaban.

 «Estoy acá para hablarles de un serio y creciente problema en la detención de inmigrantes: una horrible atención médica que causa sufrimientos innecesarios y la muerte», afirmó Tom Jawetz, de la Unión Norteamericana por las Libertades Civiles (ACLU), la mayor organización del país de defensa de derechos civiles.

 «El asunto es que el tratamiento médico es insuficiente en la detención de inmigrantes», añadió el responsable de ACLU, en un acto organizado en el Congreso para alertar a los legisladores y la prensa sobre las condiciones de detención de indocumentados en las cárceles estadounidenses.

 «Los estadounidenses merecen respuestas, especialmente después de que artículos revelaran problemas extremos en el tratamiento médico que causaron la muerte de al menos 62 personas que estaban bajo custodia de los Servicios de Inmigración y de Aduanas (ICE)», exigió el congresista Keith Ellison.

 June Everett contó asimismo cómo su hermana Sandra falleció por falta de tratamientos adecuados en una cárcel de Virginia (sureste) en diciembre de 2005, tras ser detenida a su llegada al aeropuerto internacional de Washington, a pesar de tener la residencia.

 «Los insto hoy día a investigar las condiciones en las que falleció mi hermana y ofrecer la vigilancia necesaria para garantizar que nadie más sufra como sufrió mi hermana», pidió al Congreso Everett, quien había alertado a las autoridades sobre la enfermedad de su hermana.

 Michele Garnett, defensora de derechos humanos en Minesota (norte), contó la trágica y escalofriante tragedia de Cyntiah Lamah, una mujer cuya petición de asilo ha sido rechazada por las autoridades estadounidenses, por lo que fue detenida el 5 de julio de 2005 cuando estaba embarazada de cuatro meses. «Una semana después de su llegada a la cárcel, ha sido trasladada a un hospital porque sangraba y tenía calambres», explicó. «Los médicos le dijeron, así como a los que funcionarios que la acompañaban, que regresara al hospital si volvía a sangrar o padecer calambres».

 Dos semanas más tarde, tras haber pedido sin éxito volver al hospital, «rompieron las aguas y sufrió inmediatamente un aborto en la cárcel», aseguró Garnett. «Lamah ha sido deportada poco después de la muerte de su bebé. No le dieron la permisión de salir para presenciar el entierro», se indignó.

 Las condiciones de detención de los inmigrantes suscitaron numerosas denuncias en los últimos meses, después de que las autoridades estadounidenses multiplicaran las redadas para arrestar a indocumentados, como resultado de una fuerte presión política para resolver el problema de la inmigración ilegal.