CHICAGO, (EE.UU.),  (EFE).- Grupos pro-inmigrantes protestaron ayer en Chicago por la deportación de la inmigrante mexicana Elvira Arellano, que estuvo un año refugiada en un templo, y reclamaron una reforma integral de las leyes de inmigración.

Unos 30 manifestantes pasaron la noche en vela bajo la lluvia frente a las oficinas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) en Chicago para reclamar el regreso de Arellano, quien tuvo que dejar ayer Estados Unidos sin su hijo de 8 años, nacido en este país.

Durante la vigilia, los manifestantes cantaron, rezaron y leyeron pasajes de la Biblia a la luz de las velas. Otro grupo se manifestó hoy ante las oficinas del senador demócrata Richard Durbin, al que acusaron de no haber aprovechado la mayoría que su partido tiene en ambas cámaras para insistir en su defensa de Arellano, que se ha convertido en un símbolo para los millones de inmigrantes indocumentados que hay en EU. Además el movimiento Sin Fronteras ofreció una conferencia de prensa para reclamar una reforma integral de las leyes de inmigración de Estados Unidos que “mantenga unidas a las familias». “Un niño (Saúl, el hijo de Arellano de 8 años), ciudadano de EU, perdió a su madre por culpa de un sistema roto. Elvira ha puesto un rostro  de millones de inmigrantes ilegales que  salen a trabajar y no saben si volverán a casa”, afirmó un portavoz. Arellano, que permaneció refugiada  un año en la iglesia metodista Adalberto  de Chicago, viajó durante el fin de semana a Los Ángeles, donde fue detenida el domingo cuando salía de otro templo y fue deportada ese mismo día.