Guacanagarix ¿todavía?

Guacanagarix ¿todavía?

Se anuncia, como una gran cosa la obtención de biogás del vertedero de basuras de Duquesa y pienso en tantas cosas que sabemos hacer y no hacemos.

¡Cuánta falta nos hace juntar el azúcar con el cacao y los zumos de frutas y explotar las esencias que permiten la creación de exquisitos perfumes! ¿Nos falta innovación o financiamiento? ¿Carecemos de coraje emprendedor?

Pienso en tanto industrioso, tanto creador, cuyas habilidades, talentos y conocimientos científicos se pierden en un día a día que duele, porque contribuye al atraso y a la promoción de la pobreza.

Basta con que una persona del común descubra un modo de hacer que contribuya al ahorro en un proceso cualquiera, para que un “sabio” levante su voz y explique que la innovación no es fruto de la creatividad del criollo.

Muchos tienen la actitud del esclavo agradecido que sólo entiende la vida a través de los ojos y las acciones del amo a quien se debe aplaudir incluso en sus errores.

Es un colocarse por debajo de los demás, alejarse de las luces y nunca salir de las sombras de la ignorancia y la abyección.

Esa actitud es fruto de una posición frente a la vida, de un seguir y acoger una de las principales líneas de la filosofía de la dominación que impone que lo bueno es lo que piensan, crean, fabrican, usan, los países dominantes.

Esa actitud se repite a lo largo de la historia porque siempre hay gente cuyos complejos los convierten en ciegos adoradores de quienes los pisotean.

El desarrollo de espíritus progresistas y el respeto a la imaginación son fruto de sociedades en las cuales las puertas y ventanas están abiertas para que penetre la fresca brisa de las invenciones, de la modificación de lo que hay, de la libertad de creación.

La actitud excluyente de la sociedad es fruto de muchos factores entre los cuales prima, normalmente, aquello de “lo extranjero es lo mejor”.

Al creador criollo se le cierran las puertas y ni siquiera se toma en cuenta el fruto de su creatividad.

 Sólo cuando el espaldarazo a nuestras luces viene de fuera se acepta que tenemos algo bueno.

Hace falta que se desarrolle un espíritu innovador que respalde política y financieramente inventos y creaciones de criollos y facilite que se impongan en el quehacer diario.

Ahora que un consorcio francés explotará el biogás del vertedero de  Duquesa pienso en que hace 40 años no se le hizo caso al ingeniero Ubito Roa del Rosario cuando extrajo ese combustible de ese mismo lugar y nunca hubo capitales para desarrollar la industria como nacional.

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